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Entre el poco trapío que tenía el tercero y su escaso celo la labor de Ginés Marín no terminó de calar en los tendidos. El sexto bis, sobrero de Montecristo, tuvo mucho peligro y al final fue volteado de manera muy fea. Su apoderado, Jorge Cutiño, saltó al ruedo para hacer el quite y resultó herido en el costado teniendo que ser operado en la enfermería de la plaza por el equipo del doctor Vázquez Bayod.

El diestro de Olivenza regaló el sobrero, pero el verdadero regalo llegó con su actuación ante este astado con el que encandiló a la afición leonesa merced a su toreo profundo del que ya había dejado detalles en su primero, del que paseó también un apéndice tras faena de máxima entrega.

El presidente de la plaza de toros manizaleña se empeñó en llevar la contraria al público y negó la oreja de su primero a Ginés Marín que estuvo paciente y tesonero con el astado de Santa Bárbara hasta lograr meterlo en el canasto. En el sexto poco pudo hacer y su labor fue silenciada.

No tuvo suerte Ginés Marín con ninguno de los toros de su lote. Ni con el sobrero agarrado al piso que sustituyó al terciado y chico tercero, ni con el descastado séptimo que impidió cualquier atisbo de plantear faena lo que provocó que el de Olivenza solo pudiese justificarse ante la afición mexicana.

Antonio Ferrera y Ginés Marín triunfaron ante la afición quiteña en el coso de La Belmonte. El de Villafranco, que paseó la oreja simbólica de su primero, logró en el cuarto enloquecer al respetable en una faena perfectamente trenzada en la que destacó la pureza de su toreo premiada con doble trofeo simbólico. Por su parte, Marín, paseó un apéndice simbólico de cada uno de sus antagonistas. A su primero lo entendió muy bien por el izquierdo desgranando series de naturales de bella factura. En el sexto mostró su gran capacidad para templar las embestidas del astado de Triana que le tocó en suerte.

El diestro de Olivenza sorteó dos toros que apenas le permitieron exponer su tauromaquia en la arena limeña. Su primero se apagó pronto aun así el joven diestro pudo dejar algunos compases, especialmente con el capote, de muy bella factura. De haber estado más acertado con el acero habría cosechado mayor premio. Su segundo tuvo que abreviar por la falta de fuerzas de su antagonista.

No tuvo el torero de Olivenza suerte con su lote en su primera comparecencia en tierras amercianas. Aún así dejó destellos de su impronta, especialmente con su primero que se dejó algo más que el quinto. En Villafranca de los Barros, el rejoneador Adrián Venegas, que se presentaba en público, y los novilleros Carlos Domínguez, José Antonio Monesterio, Eric Olivera y el aficionado práctico Lorenzo Sayago 'Niño de la Plaza Vieja' entusiasmaron al público asistente al festival benéfico repartiéndose diez orejas y dos rabos.

El diestro oliventino que visitó la sede madrileña de la Fundación Toro de Lidia estampó su firma como profesional benefactor de citada entidad en pos de aportar su granito de arena en la defensa y difusión de la Tauromaquia. El torero viajará en breve a América para hacer temporada en aquellas tierras en donde comenzará toreando en Guadalajara (México) el próximo domingo.

Dos orejas paseó Ginés Marín del primero de su lote tras enjaretar una faena en la que primó el buen toreo por ambos pitones tanto en los naturales templados como en el toreo ligado en redondo. Con el sexto tuvo que tirar de recursos ante un toro soso y descastado. Alejandro Talavante pechó también con un lote soso en Jaén a lo que se unió el mal uso del acero en su segundo que le privó de mayor premio que una cerrada ovación que saludó desde el tercio.

El de Olivenza corrió turno tras ser devuelto el tercero, con el que en principio debería haber salido en sexto lugar planteó una faena muy firme que el mal uso del acero privó de premio mayor al de la ovación que saludó desde el tercio. Con su segundo poco pudo hacer dada las nulas opciones que presentó el juampedro aún así mostró una gran voluntad por intentar agradar.

Ocho orejas se repartieron José Garrido, Ginés Marín y Luis David Adame de un noble encierro de astados de Zalduendo, pero carentes de raza, en la única corrida de la feria de San Miguel de Zafra. Los tres toreros salieron en hombros del coso de Los Molinos de Viento si bien la tarde no fue todo lo redonda que se puede esperar viendo tan profusa cosecha de trofeos por más que los diestros intentaron en todo momento dar lo mejor de sí.

El diestro madrileño viene a sumarse a la baja por lesión de Enrique Ponce que hará que ninguno de los dos espadas puedan hacer el paseíllo en Zafra. En sustitución de ambos la empresa ha contratado al pacense José Garrido y al hidrocálido Luis David Adame que junto a Ginés Marín harán el paseíllo para estoquear toros de Zalduendo

No tuvo suerte Ginés Marín con el lote de zalduendos que le correspondieron en suerte en Logroño. A pesar de la flojeza y el mal juego de los astados, el diestro de Olivenza dejó buenos pasajes y solo el mal uso del acero le impidió tocar pelo en el coso de La Ribera. En Azuqueca de Henares actuó Juanito. El novillero luso avencidado en Villanueva del Fresno paseó una oreja de su primero y le pidieron otra en el que mató por cogida de su compañero Isiegas.

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Dos orejas de su primero cortó Ginés Marín en la matinal celebrada en Nimes tras una faena en la que el oliventino supo cuidar al astado e ir haciéndolo poco a poco en su muleta. En Albacete, Alejnadro Talavante pudo pasear un trofeo de su segundo, pero la mala colocación del acero impidió el premio. En Burgohondo, el sin caballos Carlos Domínguez tocó pelo de un eral santacolomeño de Pablo Mayoral.

Llama la atención que una feria de tanto predicamento y tan importante históricamente en el panorama taurino solo anucie un festejo mayor en el que harán el paseíllo Enrique Ponce, Cayetano y Ginés Marín, triunfador el año anterior junto con Miguel Ángel Silva, ausente este año. Para el segundo día a diferencia de ocasiones anteriores no habrá corrida de rejones que es sustituída por una novillada sin picadores con alumnos de la escuela taurina de Badajoz.