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La realidad no es otra que aunque Ponce y Marín saliesen a hombros, en tarde de poco recuerdo por culpa de una corrida desrazada de Zalduendo - una más en su corolario en Badajoz - la profesionalidad y el oficio de los tres espadas solo provocó la ilusión óptica de un triunfo que solo viene a demostrar que por más orejas que se concedan si falta la emoción en el ruedo no puede haber ni presente y lo que es peor, ni futuro.

Tomás Campos toreó en el localidad francesa de La Brede y el mal uso del acero le impidió el triunfo tras dos faenas en las que gustó mucho su concepto, tuvo que contentarse con saludar sendas ovaciones. En Badajoz, Antonio Ferrera y Ginés Marín cortaron una y dos orejas respectivamente en la segunda de feria.

Dos orejas de su primero paseó el diestro de Badajoz en la corrida celebrada en Torrejón de Ardoz demostrando que cuando un toro le embiste de verdad fluyen las musas de su tauromaquia. En Istres actuaron Antonio Ferrera, en la matinal, y Ginés Marín, en la vespertina, y a ninguno de los dos les sonrió la suerte. El que más cerca estuvo del triunfo fue Ferrera en su segundo, pero el acero le impidió tocar pelo y tuvo que contentarse con una vuelta al ruedo.

Aprovechó el de Villafranco del Guadiana el buen son del cuarto de la tarde para instrumentarle una faena templada y con gusto en la que destacaron la despaciosidad de las series que llegaron mucho a los tendidos que unidas al buen hacer con el acero le valieron el doble trofeo. Uno había paseado del primero, conviertiéndole así en el triunfador numérico de la corrida.

El diestro de Olivenza paseó la oreja de su primero tras una faena en la que mostró su buen concepto, pero que no terminó de explotar en grande porque al astado de Alcurrucén se le acabó la gasolina. Ferrera, de haber estado más fino con el acero en su primero, habría podido tocar pelo. Perera no tuvo opción alguna con ninguno de los dos que le tocaron en suerte.

Antonio Ferrera y Alejandro Talavante demostraron en el ruedo de Las Ventas que el toreo, hoy por hoy, se rubrica con el temple y la pureza de Badajoz. Ambos, cada uno en su estilo, hicieron vibrar a una afición que se rompió con sus tauromaquias y a la que han dejado el caramelo en la boca para sus siguientes comparecencias.

Debutó Antonio Ferrera en Aguascalientes y formó un alboroto que tardará tiempo en ser olvidado en la ciudad hidrocálida. Lástima que fallase a espadas y que el premio se redujese a una apoteósica vuelta al ruedo. En Murcia, Ginés Marín tomó parte en el festival a beneficio de la AECC y rubricó su gran momento cortando dos orejas de un novillo de La Palmosilla.

El torero de Villafranco del Guadiana se estrelló ante un lote imposible de toros de Jandilla y Vegahermosa por su falta de fuerzas y raza poniendo de este modo decepción mayúscula en uno de los carteles que más expectación había causado en esta feria de abril sevillana por la que Antonio Ferrera ha pasado sin tener una mínima opción de triunfo.

Miguel Ángel Perera y Ginés Marín compartieron cartel en la localidad francesa de Arles con desigual suerte. Mientras el primero corto dos orejas, el segundo tuvo que conformarse con vuelta al ruedo y una oreja de un buen encierro de Jandilla con un toro indultado. En Sevilla, Antonio Ferrera deja los mejores pasajes de la tarde en la faena de muleta al cuarto de Victoriano del Río y solo la mala colocación de la espada impidió que tocase pelo. En la localidad pacense de La Garrovilla, el rejoneador David Prates, Miguel Abellán y Jairo Pavón se repartieron ocho orejas de astados de Vistalegre.

El novillero de Salvatierra de los Barros dejó un buen sabor de boca en su actuación en el coso de San Marcos de Aguascalientes. Especialmente en su segundo del que paseó un trofeo. Con su primero tuvo pocas opciones dada la falta de fuerzas del animal. En Valencia coincidieron Antonio Ferrera y Ginés Marín. El primero bordó el toreo en el cuarto y solo el fallo a espadas impidió que pasease premio mayor. Marín tuvo que bregar con sus toros y con la lluvia. También la espada impidió que tocase pelo en su primero

El esparado mano a mano defraudó en todo, en asistencia de público y en el resultado artístico. Para el recuerdo solo quedó el buen hacer de Ginés Marín en su primero, del hierro de Garcigrande, unido a las buenas maneras que mostró con el de Victorino y la emoción que supuso la lidia de Antonio Ferrera al cinqueño de la A coronada y su toreo al natural con el de Domingo Hernández.

La maestría de Enrique Ponce y Antonio Ferrera junto a la efervescencia de Roca Rey hicieron posible que en la matinal del domingo se concedieran ocho orejas de un encierro desigual en juego y presentación de Victoriano del Río en el primer festejo de toda la feria en el que lució el sol

La empresa Ruedo de Olivenza ha dado a conocer el nombre del segundo de los sustitutos de Julián López ‘El Juli’ en la feria de marzo. De esta manera para el cartel de mañana domingo el torero que sustituya al madrileño será Antonio Ferrera que de esa manera hará doblete en la feria oliventina ya que por la mañana matará la de Victoriano del Río. Un acierto de la empresa que de esta manera junta en mano a mano a los dos triunfadores de la temporada 2017

El diestro de Villafranco del Guadiana recogió en un acto celebrado en el Real Club de Andalucía 'El Aero' el premio que le condecora como el torero que hizo lo más destacado y artístico en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla durante la temporada anterior.

Pocas veces un torero se ha ganado más a ley estar el domingo de Resurrección en Sevilla que Antonio Ferrera. Hoy se daba a...

Antonio Ferrera y Ginés Marín triunfaron ante la afición quiteña en el coso de La Belmonte. El de Villafranco, que paseó la oreja simbólica de su primero, logró en el cuarto enloquecer al respetable en una faena perfectamente trenzada en la que destacó la pureza de su toreo premiada con doble trofeo simbólico. Por su parte, Marín, paseó un apéndice simbólico de cada uno de sus antagonistas. A su primero lo entendió muy bien por el izquierdo desgranando series de naturales de bella factura. En el sexto mostró su gran capacidad para templar las embestidas del astado de Triana que le tocó en suerte.