Son muchos los malos ratos que un novillero, que sólo cuenta con su afición, tiene que pasar hasta llegar al día más grande, el de su alternativa, por eso hemos querido compartir sueños y anhelos con Roberto Gallardo, que se doctorará en Villanueva de la Serena el próximo sábado.
Antonio Girol.-
Cuando Roberto Gallardo, el próximo sábado, a las diez de la noche, cruce la arena de la plaza de su ciudad natal, aquella en la que tantas noches soñó con el toreo, habrá cumplido un sueño por el que ha tenido que luchar con todas sus fuerzas. Será la hora de mirar al futuro con la determinación y el ansia por querer ser torero que siempre acompañó a este romántico del toreo, que un día tuvo que abandonar su casa y que hoy, de vuelta al hogar, encuentra entre sus paisanos el lugar que le corresponde, el de matador de alternativa. Sueñen, continúen soñando, porque los sueños, ya ven, se cumplen… Antes de nada, Roberto, cuéntanos, cómo te encuentras de ánimos de cara a esa cita tan importante que tienes el próximo sábado en tu pueblo, Villanueva de la Serena. La verdad es que estoy viviendo bastantes emociones porque llevo mucho tiempo, casi quince años, esperando este día.
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Cuando miro para atrás recuerdo la sangre con la que he regado el ruedo, las lágrimas y el esfuerzo empleado en conseguir llegar hasta aquí. Y me satisface poder llegar a esta situación porque recuerdo no sólo mis sufrimientos sino también el de tantos chavales que empiezan en esto y tienen como meta el sueño que yo voy hacer realidad el próximo sábado.
¿La idea de tomar la alternativa de quién parte?
Para que veas cómo son las cosas, yo llevaba dos años apartado por culpa de algunos desengaños, tenía muchas cosas en la cabeza y la alternativa la tenía un poco como aparcada. Y de repente me llamó Francisco, el empresario de la plaza de mi pueblo y me la propuso. Ni me lo pensé, le di rápidamente el O.K. Aunque luego, ya fríamente, me dije a mi mismo, en qué lío te estás metiendo. Pero luego, conforme han pasado los días he visto, probándome en el campo, que la cabeza y las muñecas continúan funcionando. Y que para estar delante de un toro sólo hace falta torear con el alma, no hace falta nada más.
Ahora que la tienes tan cerca, ¿soñaste alguna vez que sería así el día de tu doctorado?
La verdad es que como mi vida taurina ha sido un continuo adaptarme a las circunstancias nunca me paré a pensar cómo sería mi alternativa. Cada año cambiaba de manos y me tenía que adaptar a lo que me iba viniendo. Por eso, esas ilusiones iniciales de pensar cómo sería la alternativa, la confirmación…tenía que readaptarlas cada temporada y eso hacía que el tiempo no pudiese dedicarlo a pensar más allá del momento que estaba viviendo. Porque por ejemplo, temporadas que preparaba con mucha intensidad en el invierno luego no se encauzaban como uno creía y al contrario.
En tu carrera ha habido un parón de dos años en el que las ilusiones que un novillero tiene en sus inicios se habrán ido rompiendo e imagino que esta oportunidad habrás servido de pegamento para reparar todos esos trocitos de ilusión que habías ido quedando por el camino, ¿no? Y encima en Villanueva…
Soy realista y reconozco que no tengo ahora el tirón, que pude tener hace años. Y el hecho de poder tomar la alternativa en mi pueblo me hace especial ilusión, ya que es el lugar donde siempre se me ha respetado. El lugar al que siempre acudía, en cuanto tenía un hueco, cuando vivía en Málaga. Y encima con un cartel que me gusta especialmente.
Hablemos del cartel. ¿Qué puedes decirnos de tu padrino y tu testigo? En un principio no podía ni imaginar que Finito me pudiese dar la alternativa, porque siento una atracción especial hacia él. Es un torero con el que me siento muy identificado en su tauromaquia. Y El Cordobés es una motivación especial porque sé que ese día saldrá como en él es habitual, arreando fuerte. Y eso hará que yo no me deje ganar la pelea.
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«No podía ni imaginar que Finito me pudiese dar la alternativa, porque siento una atracción especial hacia él. Es un torero con el que me siento muy identificado en su tauromaquia» |
Estrenas traje para la ocasión?
Eso espero, porque me han dicho en el sastre que llegará para la fecha.
En relación a la alternativa, ¿tu idea es continuar como matador, o simplemente cumplir un viejo sueño, como en su día hiciesen El Sevillita?
Mi idea es continuar, si se puede, claro, porque no puedo adivinar qué va a pasar. Me han ofrecido dos o tres cositas más, y mi intención es poder seguir, siempre y cuando yo tenga ilusión y ganas. Porque a mí lo que me motiva es el capote, la muleta y la espada. Y lo otro ha sido adaptarme un poco a las circunstancias. Que por cierto, reitero lo agradecido que estoy a esa otra faceta de mi vida taurina.
¿Qué te han dicho en casa?
Pues ha habido de todo. Muchos me han dicho que si estaba loco, otros que dónde iba con la tranquilo que estaba actualmente. Pero la verdad es que me apetece mucho dar este paso, y lo entienden y comparten. Ellos me apoyan mucho, les estoy muy agradecido.
¿Cómo se está viviendo este acontecimiento en Villanueva?
Pues hay muy buen ambiente. Además, como en los últimos años las empresas se habían decantado por dar corridas de rejones, el hecho de que este año haya de nuevo toreo a pie, pues también suma a la hora de tener más incentivos para acudir a la plaza. Por lo que se ve, o lo que me han comentado a mí, en venta anticipada está habiendo una buena respuesta de aficionados.
Cuando cierras los ojos desde que te anunciaron la alternativa, ¿qué visualizas?
Pienso mucho en el pasado. Todo lo que he tenido que pasar, los sacrificios, esos años fuera de mi casa…Y me acuerdo de mis últimas temporadas como novillero en que la fuerza mental se me estaba agotando. Afortunadamente estos dos años últimos, sin presiones, han hecho que se me abriese la mente y volviese a tener sensaciones placenteras.
Para aquellos lectores de Badajoz Taurina que se estén preguntando quién es Roberto Gallardo, ¿qué les dirías de ti y de tu trayectoria?
Soy un luchador, una persona sencilla. En la plaza un romántico del toreo, que me gusta entregarme cuando estoy a gusto. Empecé en 1994 en la Escuela Taurina de Badajoz, donde estuve poco tiempo porque me presentaron al Bolsín taurino de Coria y al salir triunfador, el ganadero de la zona, Fernando Silva, comenzó a ayudarme, él me buscaba las novilladas sin picadores, que la verdad fueron bastante, tentaba y vivía en su casa… Estuve con Fernando un tiempo y tras la ruptura profesional anduve de unas manos en otras, hasta que en 2004 me apoderó el empresario de la Costa del Sol, Gaspar Jiménez. Me trasladé a vivir a Málaga y allí he estado hasta hace prácticamente un año.
¿Es en esa fecha, 2004, cuando debutas con picadores, verdad?
Así es, en 2004, en Benalmádena con novillos de Mary Fortes, acompañado de Tomás Soler y Joselito Ortega. Luego, en 2005, gané la Espiga de Oro de Laguna del Duero y en Almodóvar del Campo me dieron el trofeo Rafael de Paula al mejor toreo de capote. Durante todo ese tiempo toreé por el Valle del Terror. Y lo que está claro es que he sido fiel a mi persona y no he querido nunca pasar por el túnel
Defínete como torero A mí me gusta el toreo estético. Me suelo dejar llevar por los sentimientos y por el momento. Me gusta mucho torear con el capote. Y con la muleta es donde más horas paso entrenando. Lo que menos me gusta es la espada, ese es un momento complicado. |
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Hablas de festejos por la zona centro, pero dónde realmente has toreado mucho es en Benalmádena, de donde era empresario tu mentor, ¿cómo son los festejos de la plaza costasoleña?
En Benalmádena, y toda esa zona, se cuida mucho la presentación del toro porque le interesa que vayan toreros y turistas.
A mí me sirvieron bastante aquellos festejos porque en un principio hicimos un planteamiento que consistía en torear diez o doce novilladas con caballos al principio de temporada, con objeto de copar los primeros puestos del escalafón, a fin de que eso nos valiese para entrar en las carteles de la zona centro. Sinceramente, a mí aquello me sirvió para coger oficio.
Pero es cierto que hay muchos aficionados que, tal vez desde la ignorancia, piensan que esos festejos para turistas son poco serios, ¿repercute negativamente esa creencia?
Sí, desde luego, porque lo he vivido en mis carnes. Puede ser perjudicial, pero lo que está claro es que si luego vas a Madrid y le cortas las orejas, la gente no se acuerda si has toreado una o cien por la Costa del Sol. Mira, hay muchos toreros que el oficio lo adquieren matando toros a puerta cerrada y yo lo hice en la plaza de toros de Benalmádena, y encima con público en los tendidos y sin tener que pagar un duro. Esto quiero que quede muy claro, porque jamás he puesto dinero por torear. También es cierto que no me quedaba nada, pero al menos no me costaba. Yo durante la semana trabajaba en la construcción, vivía de alquiler en un estudio y me resultaba gracioso que cuando iba por la zona centro hubiese gente que dijese: “Ea, ahí viene el niño de Benalmádena”… como si yo estuviese rico, cuando la realidad es que estaba tieso, era un currante que el día antes y el de después estaba haciendo mezcla.
¿Debe ser especialmente duro quitarse el traje de luces por la noche y ponerse el mono por la mañana?
Eso es durísimo, es algo que cuesta mucho asimilar.
«No se me han caído los anillos por trabajar ocho horas en la construcción y luego pasarme diez o doce entrenando de salón, haciendo ejercicio físico…porque con lo único que me siento realizado es cuando pego ocho o diez muletazos». |
¿Hay muchas envidias en el toro? Yo, por desgracia, las he notado, cuando mi único delito ha sido haber nacido queriendo ser torero. Esas envidias no sé a santo de qué vienen, porque yo lo único que quería y quiero, es ser torero y buscarme la vida para hacerlo. Y no se me han caído los anillos por trabajar ocho horas en la construcción y luego pasarme diez o doce entrenando de salón, haciendo ejercicio físico…porque con lo único que me siento realizado es cuando pego ocho o diez muletazos. |
¿A qué se debió tu vuelta a casa?
Me vine de Málaga, principalmente porque la vida allí es muy cara y yo estaba haciendo un esfuerzo sobre humano viviendo allí. Y luego después porque mi relación con quien era allí mi apoderado, por desgracia, no me estaba funcionando. Y aquí quiero romper una lanza a favor de Gaspar Jiménez, al que hay gente que ve como un ogro, sinceramente yo no le veo así, él tiene un negocio, y como cualquier otro negocio, el que quiere va y el que no, pues que se quede en su casa. Pero por desgracia esas ganas que algunos le tenían a él, las pagaban conmigo. Fíjate que a mí me habían ofrecido ir a Madrid pero cuando supieron quién me representaba, ese ofrecimiento se marchitó. Y de hecho, yo en la última temporada en que toreé con él, en septiembre le preguntaba: “Gaspar, ¿cuántas me quedan?”, porque estaba como loco por venirme a mi casa ya que veía que cada día que pasaba se me cerraba una nueva puerta, y no precisamente porque yo no estuviese bien en la plaza, sino por culpa de los despachos.
¿Se viene uno abajo ante una situación así?
La verdad es que cuando uno rompe de esa manera, psicológicamente esto te acaba pasando factura. Date cuenta que a mí todo esto me pasa en un momento en el que yo cogía la muleta sin ilusión, porque me habían quemado. Así que decidí parar, aclarar mis ideas, y que cuando volviese a coger la muleta en mis manos fuese porque había recuperado la ilusión y esas ganas que siempre tuve para que mi toreo no tocase techo.
Habías toreado mucho por la zona de Málaga, como me comentas, sin embargo, en nuestra tierra no tenías cartel, porque por aquí te habían visto muy poco.
Efectivamente, cuando volví a Extremadura, me ponía en contacto con empresas y el tema de haber toreado tanto en Benalmádena veía que era perjudicial. Date cuenta que ha habido un profesional que me ha visto en el campo y me ha dicho, ¿pero tú dónde has estado metido, que no te había visto nunca?. Y a la misma vez, ha habido otros profesionales que sí me conocían, pero que han preferido ocultar mi existencia, y no logro comprender el porqué.
¿A tu vuelta, empiezas de cero, y a dónde te diriges?
Pues volví al inicio, a la Escuela, hablé con Nandi Masedo, que tengo que decirlo públicamente, me ha ayudado mucho, e incluso he colaborado como banderillero en novilladas de la escuela, lo cual me ha servido para volver a reestructurar mi cabeza y abrirme la mente. Fíjate cómo será mi agradecimiento que a él fue al primero al que le comenté el tema de la alternativa, de la que se alegró mucho.
¿Quién te ayuda actualmente?
Actualmente no me ayuda nadie. La idea de la alternativa ha partido del empresario Francisco González, a quién le agradezco enormemente la oportunidad que me ha brindado. Sí es verdad que hay un montón de amigos que están encantados con mi vuelta a los ruedos y andan como locos queriéndome buscar cosas.
Después de todo lo que has vivido…y sufrido, ¿merece la pena ser torero?
A mí me la merece. La gente se piensa que los toreros torean por dinero, a lo mejor cuando se llega ahí arriba puede que sea así, pero a los que estamos modestamente en esto, lo que no tiene precio es dar un puñado de muletazos lentos que te hagan sentirte. Y yo lo que necesito para sentirme bien es torear.
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