El futuro depende de ellos

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Aspecto de los tendidos de Zafra en la despedida de Cerro en 2010. (FOTO: Gallardo)
Aspecto de los tendidos de Zafra en la despedida de Cerro en 2010. (FOTO: Gallardo)

«Habrá quien me diga, y no le falta razón, que esta empresa que deja a Zafra sin novillada es la misma que anunció esta temporada en sus carteles la con caballos de Olivenza y las sin caballos de Badajoz y Don Benito. Cierto. Y como los felicité en su día por el acierto y la oportunidad de esos festejos creo tener la suficiente autoridad moral para hoy lamentar la ausencia.»

Antonio Girol.-

“Como cada noche, tras dar carpetazo al libro de filosofía de segundo de bachillerato, y justo antes de apagar la luz que en forma de media belmontina le ha acompañado en el estudio, repasa mentalmente la lección que acaba de aprenderse con vistas al próximo examen y una vez más se repite a sí mismo, evocando una sonrisa, que para filosofía buena la de Paula dentro y fuera de la plaza.

Se levanta, estira los brazos, gira el cuello, y coge el albornoz que tras la ducha pernocta encima de la cama para colgarlo en la percha de detrás de la puerta,  e indudablemente atiende al impulso que le asalta a las muñecas dando tres verónicas de crujido lento.

Se mete en la cama y cierra los ojos con fuerza para soñar de nuevo con el día en que pueda volver a ponerse el chispeante que le hace guiños por una rendija del ropero que hay enfrente del catre…”

Escribo estas letras con la mente por entera puesta en todos esos chavales que combinan el enorme sacrificio que supone a la vez estudiar e ir formándose como toreros en las sin caballos, y que seguro que esta noche les costará conciliar el sueño pensando, una y otra vez, qué más pueden hacer ellos para que las novilladas no desaparezcan de los circuitos taurinos tras ver cómo se presentaba el cartel de Zafra sin el festejo menor que en los últimos años ha servido de apertura a su feria taurina.

Unas novilladas sin caballos que en las dos últimas temporadas (por citar las más recientes) constituyeron un gran éxito artístico con el consiguiente eco en los tendidos. No en vano en la despedida de Rafael Cerro se cubrió el aforo del coso segedano en tres cuartas partes, y el pasado año si mi memoria no me falla hubo algo más de media entrada. Pero más allá de ello lo que más impactó fue el buen aroma que se respiraba en la plaza con un público joven que fue a apoyar a partidarios y paisanos en un ambiente jovial no exento de la seriedad propia de un festejo taurino.

Desgraciadamente este año no se darán esos ingredientes propios del aperitivo perfecto de cara  a los dos platos fuertes de la feria.  Habrá quien me diga, y no le falta razón, que esta empresa que deja a Zafra sin novillada es la misma que anunció esta temporada en sus carteles la con caballos de Olivenza y las sin caballos de Badajoz y Don Benito. Cierto. Y como los felicité en su día por el acierto y la oportunidad de esos festejos creo tener la suficiente autoridad moral para hoy lamentar la ausencia.

Y sí, soy sensible a la realidad que estamos viviendo, y por eso puedo llegar a entender a los empresarios que al fin y al cabo son quienes se juegan sus ‘duros’ a la hora de recortar (la palabra de moda en este país) un ajuste. En este caso el más inferior. Sin embargo, mi romanticismo (y sé de lo que hablo porque esta página es fruto de ello) me lleva a revelarme ante tan injusta medida que a la postre es perjudicial hasta extremos que no podemos ni siquiera sospechar de cara al futuro de la fiesta tal y como hoy la entendemos.

«…mi romanticismo (y sé de lo que hablo porque esta página es fruto de ello) me lleva a revelarme ante tan injusta medida…»


 

De ahí que sea tan imperiosa la necesidad de que una vez por todas se sienten los grandes popes del taurinismo, a más tardar tras apuntillar al último toro de la feria de San Lucas en Jaén, con la firme propuesta de no levantarse hasta encontrar soluciones que vayan más allá de la subvención municipal o la dádiva televisiva de la que penden, hoy día, gran parte de los festejos menores; y arreglen el gran problema que  tienen entre manos que no es otro que el mañana.

Porque de seguir en esta deriva no hará falta que los parlamentos de tal o cual región voten a favor o en contra de los toros, la misma fiesta habrá sido capaz de apuntillarse ella misma, en un gesto tan patético como innecesario. Primero desterrando las novilladas con caballos de las ferias sin que nadie moviese un dedo. Y ahora caminando poco a poco al mismo ‘genocidio’ con el escalón más bajo.

Dejar la suerte de la cantera de la tauromaquia al albur del aporte económico de un ayuntamiento o un ente autonómico no es más que el chocolate del loro y encaminarse al ocaso. Si las figuras y los empresarios no se dan cuenta de que han de esforzarse en destinar parte de lo recibido en el fomento de la base, apaga y vámonos.

Ojalá que dentro de un año pueda desde este mismo sitio retomar la historia del inicio justo en la noche antes de que un novillero se acueste sintiendo el tacto del vestido que habrá de ponerse al día siguiente en la novillada de su feria. Si es así será una buena señal para la fiesta.