Julio Parejo y Fundador se encontraron en la plaza de Olivenza. Ambos con un mismo propósito: el triunfo. El uno con su torería, el otro con su bravura. Al final los dos lo consiguieron. (GALERÍA GRÁFICA EN EL INTERIOR)
Antonio Girol.-
La magia de esta fiesta radica en que cuando menos te lo esperas salta la chispa que prende la llama. Así ocurrió hace unos días en la plaza de toros de Olivenza. A su ruedo, en marzo bullicioso y callado en agosto, salía impetuoso por chiqueros un ejemplar de Hdros. de Bernardino Píriz, negro de capa, nobleza en la mirada, herrado con el 12 a fuego, y en el que los ganaderos tenían depositadas expectativas de futuro por hechuras y reata.
Examinaría su bravura y su valía el diestro Julio Parejo, que a su vez también probaría su estado de forma de cara al compromiso del próximo día de La Piedad en el coso de Almendralejo, curiosamente con ganado de esta vacada oliventina.
Y la llama se prendió en los trastos del pacense gracias a las embestidas enclasadas y bravas de un animal digno del nombre que recibió al nacer: ‘Fundador’. Y que a partir de ahora podrá fundar una familia que engrandezca la leyenda de los de su grey.
En el siguiente reportaje gráfico de Valentín Balas pueden ustedes ver en imágenes cómo Julio Parejo y ‘Fundador’ consiguieron sus propósitos, el uno recobrar la magia de la sensación de vida que otorga el toreo; el otro, ganarse la vida para engendrar el futuro de su estirpe.
PAREJO vs FUNDADOR. FOTOS: VALENTÍN BALAS. |
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