OLIVENZA - 3ª de feria

¡Enhorabuena, torero!

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Antonio Ferrera triunfa por todo lo alto en la feria en que conmemoraba su quince aniversario de alternativa al cortar cuatro orejas de astados de Zalduendo.  Ponce y Cayetano pasean una. (GALERÍA GRÁFICA EN EL INTERIOR)

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros de Zalduendo, de juego desigual.

ESPADA:
– Enrique Ponce (tabaco y oro), saludo y oreja.
Antonio Ferrera (fucsia y oro conremates azabaches) dos orejas y dos orejas.
Cayetano (verde oliva y oro) división de opiniones y oreja.
INCIDENCIAS: Tres cuartos de entrada. Corrida matinal. Antonio Ferrera conmemoraba quince años de alternativa.

Ferrera siendo paseado a hombros en Olivenza. (FOTOS:Gallardo)

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Antonio Girol.-

Seguramente usted, amable lector/a no tuvo la oportunidad de poder verlo; pero yo sí, y por eso quiero ser sus ojos a través de estas letras. Me refiero al gesto de absoluta concentración que tenía Antonio Ferrera en el patio de caballos antes de que comenzase la matinal. Era la viva expresión de la responsabilidad. El semblante que resumía quince años viviendo en torero con todos los éxitos y los sinsabores que aporta esta profesión cosidos uno a uno en el brillo de eso dos ojos que miraban fijos al ruedo del que dos horas más tarde saldría en hombros, como aquel otro día, ya lejano en el tiempo, cuando recibía el doctorado en tauromaquia de manos de Ponce.

Si les soy sincero he echado en falta sensibilidad en la plaza de Olivenza. Esperaba, y más aún tras el recibimiento del pasado año, que al romperse el paseíllo – iba a escribir los aficionados -pero mejor lo dejo en el público, le tributasen una merecida ovación de bienvenida como homenaje espontáneo por esa alternativa que en esta feria conmemoraba efeméride. Sinceramente hubiese sido bonito, para qué negarlo.

Como bonito ha sido ver a la madre de Antonio en el tendido, siendo como ha sido la primera vez que acudía a una plaza de toros a ver a su hijo. Supongo que a esta hora estará aún más orgullosa de su vástago, al verle cortar cuatro orejas, ganadas a ley bajo el fuego del temple, el pundonor y el esfuerzo. Sus señas de identidad.

Mucho metraje.-

Abrió festejo Enrique Ponce ante un astado del hierro de Zalduendo con fijeza en las telas pero que adoleció de falta de recorrido; leitmotiv de todo el encierro, a excepción del sexto. Del saludo de capote destacaron las dos medias con las que abrochó la serie. En banderillas anduvieron muy bien Escobar y Tejero, que se desmonteraron tras clavar los palos.

Supo ver el valenciano perfectamente el defecto principal del toro y también su principal virtud. Por eso inició el trasteo con mucha suavidad enseñándole a embestir en línea recta para después administrarle tandas en redondo en las que imperó el temple perfectamente pulseado para medir la escasez de recorrido del burel. Por el lado izquierdo bajó de intensidad la faena al quedarse el animal aún más corto.  Con el prefacio de dos molinetes encadenados, muy jaleados por la solanera, retomó de nuevo el toreo de derechas que finiquitó con un circular. Mató de media tendida y un golpe de cruceta. Fue ovacionado siendo obligado a salir a saludar desde el tercio.

Enrique Ponce en la matinal de Olivenza. (FOTOS:Gallardo)

Al cuarto lo saludó con un puñado de verónicas de tacto suave. Posteriormente dio comienzo a la faena de muleta gustándose en los ayudados por alto. Viendo la escasez de acometividad que tenía su antagonista optó por no obligar en las primeras tandas para acabar teniendo él que atacar al toro para que embistiese. Le costó poder sacar muletazos de cierto calado hasta lograr a base de sobar mucho al animal una tanda en la que hubo algo más de celo en la embestida, y que rápidamente encontró eco en los tendidos. Al final el de Zalduendo enseñó sus peores credenciales yéndose a toriles en donde tuvo que cazarlo Enrique con media estocada tendida. El público reconoció el esfuerzo y le premió con una oreja.

Creativo.-

‘Galocho’ llevaba por nombre el segundo de la tarde. Lo recibió Ferrera de capa saliéndose a los medios por verónicas.  Había derribado al caballo que montaba Alonso Sánchez y en banderillas escarbó en el burladero donde la cuadrilla intentaba ‘sujetarle’ mientras Antonio preparaba el segundo tercio. En el que destacó el tercer par, por los adentros, de mucha exposición. Brindó a la afición oliventina y tanteó a la res por alto. Si bien es cierto que el astado era soso también lo es que tenía buen son.  El de Villafranco lo pulseó en los compases iniciales con relajación.  Ante la sosería por el derecho, probó por el izquierdo; pitón por el que el astado humillaba más y mejor, haciendo posible que los naturales resultasen templados y cadenciosos, bien rematados a la finalización de cada serie, especialmente con un molinete muy sentido.

Naturalde Ferrera en la matinal. (FOTO:Gallardo)

Tras sacar lo mejor del animal por ese lado retornó a la mano diestra y acortó las distancias para juguetear con los pitones en sus muslos. Lo dejó en suerte con mucho sentimiento en el pase del desprecio, para posteriormente pegar un estoconazo que tiró al toro sin puntilla. Le fueron concedidas las dos orejas, mientras su oponente era aplaudido en el arrastre, supongo que Fernando Domecq se lo agradecerá con vacas en el campo porque el mérito de las palmas se lo debe a Ferrera.

Su segundo respondía por ‘Venablo’, y de lanza corta y arrojadiza no tuvo más que el nombre. Protestó de inicio para terminar acobardado en tablas. Lo había saludado Antonio en el tercio con una larga cambiada a la que siguieron un ramillete de verónicas de raza.  Dionisio Grilo le recetó un gran puyazo. Y el matador enloqueció a las masas con el tercio de banderillas. Especialmente con el llamado ‘par del retrovisor’.

Protestón, como ya quedó dicho, tuvo que consentirle mucho de inicio para que se entregara. Para luego someterle con mando en la siguiente serie que el toro acusó acobardándose y yéndose de los medios. Entre las dos rayas, primero, y después en tablas tuvo que presentarle batalla el pacense por medio de atacarle mucho y tirar de él hacia adelante en cada tanda. Toda la raza que le faltaba al Zalduendo le sobraba a su lidiador que terminó por darse un arrimón de los de verdad, poniéndole los muslos en los pitones.  Otras dos orejas fueron a parar a su esportón. E incomprensiblemente de nuevo sonaron aplausos de un sector de la grada en el arrastre. También a ellos debería el ganadero invitarles a algún tentadero en Moheda.

Una de cal y otra de arena.-

Cayetano completaba el cartel y ha demostrado, por si había alguna duda, que es un torero de corte clásico, que compone perfectamente la figura y sabe torear…pero a un único tipo de toro. En cuanto sale ese otro, con complicaciones, se le nota en demasía su poca hondura para saber resolver. Una pena porque madera tiene, la lástima es que ésta no fue tratada convenientemente cuando estaba verde.

De su labor con el primero más allá de las precauciones con el capote solo quedó para el recuerdo el inicio de faena doblado una rodilla, que evocó recuerdos de su apellido materno. El resto resultó un sinfín de pases inconexos en los que el astado siempre le punteaba la tela. Mató de entera desprendida y escuchó palmas mezcladas con pitos, lo que se llama en el argot: división de opiniones. Mientras su antagonista se marchaba al desolladero con sonido de viento.

El sexto llevaba por nombre ‘Vitoriano’, que por la hora en que saltó al ruedo evocaba recuerdos del Rincón, en este caso no de Ordóñez, regado con una buena copa de Barbadillo. Y resultó como esos maravillosos boquerones. De largo fue el mejor del encierro. Lo veroniqueó el menor de los Rivera mientras escuchábamos a la Filarmónica interpretar ‘Olivenza’. Vistoso fue el quite por cordobinas que le interpretó Cayetano. E igual de vistosos los tres pares que dejaron Carretero y Fernando Pérez, que tuvieron que saludar en el tercio.

Cayetano con decisión en el sexto. (FOTO:Gallardo)

En ese mismo sitio se hincó de rodillas su jefe de filas para dar comienzo a su faena de muleta. A los dos pases de hinojos siguieron tres doblones por bajo de mucho gusto. A tan torero inicio le sobrevino unas tandas muy templadas por el derecho que fueron abrochadas por un gran cambio de manos. El nieto del gran Antonio Ordóñez, inteligentemente, dejaba siempre la muleta en el hocico del ejemplar de Zalduendo del que tiraba pulseando perfectamente las embestidas y rematándolas con magistrales pases de pecho.

Por el izquierdo no decreció la intensidad de la faena bien enganchada de inicio, en la que imperaba la estética de los muletazos, la composición de la figura e igualmente la finalización en los remates, en especial el molinete que antecedió al de pecho con el que también cerró esta serie.

La estocada trasera y algo desprendida fue quizás el único borrón a una lidia interesante que tuvo la recompensa de una oreja.


GALERÍA GRÁFICA de GALLARDO

Enrique Ponce.

Antonio Ferrera.

Cayetano.

Enrique Ponce.

Enrique Ponce.

Enrique Ponce.

Enrique Ponce. Enrique Ponce. Enrique Ponce.
Enrique Ponce. Enrique Ponce.

Enrique Ponce.

Antonio Ferrera. Antonio Ferrera. Antonio Ferrera.
Antonio Ferrera. Antonio Ferrera. Antonio Ferrera.
Antonio Ferrera. Antonio Ferrera. Antonio Ferrera.
Antonio Ferrera. Antonio Ferrera. Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano.

Cayetano. Antonio Ferrera.

GALERÍA DE CUADRILLAS. FOTOS: GALLARDO.

Antonio Ferera y parte de su cuadrilla. José María Tejero. Alejandro Escobar.
Alonso Sánchez. Fernando Pérez. Joselito Rus.
Aitor Sánchez. José Antonio Carretero. Dionisio Grilo.

OTRAS IMÁGENES. FOTOS: GALLARDO.

La madre de Antonio Ferrera por primera vez en los toros para ver a su hijo. Lola y la futura mamá Verónica, guapas a la par de elegantes. Aplaudiendo a un amigo.
Los preparadores físicos de Ferrera, entre otros toreros.

Una de apoderados.

Chapeos para todos los gustos.

El Juli tuiteando el festejo.

Al solecito mañanero. Perera con Cepeda, Verónica y la mujer de Benegas.

Cochicho padre y Cochicho hijo, legado de buena afición.

Francisco acompañado de su novia viendo a su hermano Cayetano.

Los percheros de las gradas también válidos para curar chacina.