Antonio Girol.-
Pocas personas hay en Badajoz que merezcan más el reconocimiento de la afición que Fernando Masedo Torres. Aficionado cabal. Hombre afable. Excelente profesional del periodismo. Gran escritor. Y sensacional dibujante.
Afortunadamente en estos últimos meses están cosechando a premios todo lo bueno que ha ido sembrando durante su vida – no en vano es el decano de los periodistas extremeños-, dedicada por completo a informar de todo lo que acontecía en los ruedos de Extremadura, sin importar categoría o población. Desde los más señeros carteles con las principales figuras del último medio siglo junto a los toros de las más prestigiosa divisa; a esas monumentales de lata que se colocan en cualquier ejido, y en la que las ilusiones de los que empiezan chocan con marrajos de media casta. En todas ellas siempre hay una misma imagen: la de Fernando Masedo Torres con su cámara en ristre y su ajado bloc de notas, en el que garabatea los aconteceres de la lidia. Es normal por tanto que cada vez que nos referimos a la fiesta en nuestra región nos asalte su nombre.
Precursor de esa Escuela de Toreros que forma a hombres, y que en su hijo Nandi tiene al continuador de aquella loca idea hoy hecha figuras del toreo.
Albacea de la herencia cultural que encierran las añejas paredes del edificio del Club Taurino Extremeño de Badajoz, al que dedicó sus mejores años en recuperar ese imponente legado del polvo y la molicie.
Por todo eso, pero sobre todo por su sencillez, por su capacidad para imantar con sus ojillos a los que comenzamos a dar los primeros pasos en este apasionante mundo de la información taurina, merece todo lo bueno que hoy recoge. Que siempre será menos de lo que en realidad merita.
Desde Badajoz Taurina, en el primer aniversario de nuestra vida, queríamos sumarnos a ese homenaje constante que debe ser su existencia entre nosotros ¡Felicidades, maestro!
Homenaje a un maestro, a un amigo. (FOTOS: PakoPin) |
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