Si ya era un reto ir a Madrid con tan poco bagaje profesional, ahora se convierte en un prueba dura. El desgraciado accidente de Ortega Cano hace que Rafael Cerro tenga que afrontar su compromiso venteño especialmente sensibilizado.
Antonio Girol.-
Difícil papeleta se le presenta esta tarde al joven novillero extremeño Rafael Cerro. Tiene que acudir a debutar a la plaza de Las Ventas, con la responsabilidad que ello conlleva, sin el apoyo moral de su apoderado: José Ortega Cano. La persona que ha apostado por él como torero una vez terminada su exitosa formación en la Escuela Taurina de Badajoz.
Esta tarde, cuando suba ese ‘repechito’ que lleva hasta el centro del ruedo de la primera plaza del mundo un montón de pensamientos se agolparán en su cabeza. Si de por sí ya era una prueba dura ir a Madrid con tan corto bagaje con los del castoreño, ahora ésta se torna de fuego porque tendrá que soltear la tristeza que a buen seguro embarga su corazón, y deberá mantener muy fría y firme su mente.
Rafael, que vive en Yerbabuena, y de aquel fortín ha hecho cuartel general, está en el momento más crucial de su novísima carrera sin tan siquiera haberlo aventurado. La desgracia del accidente de Ortega Cano puede tener daños colaterales, y a su vez un hálito de esperanza porque a buen seguro que esta tarde, cuando el reloj de la plaza marque las siete en punto, Cerro querrá hacer valer aquellas palabras que pronunciase su mentor en Olivenza, días antes del debut: «Hoy Rafael es un cerro, mañana será una montaña».
Más que nunca buscará un triunfo que dedicar a su maestro, ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen Macarena de Sevilla tras una operación de seis horas y media. Siendo su pronóstico de «muy grave».
Cabe recordar que José Ortega Cano colisionó frontalmente el pasado sábado, a las 23:15 horas, contra otro vehículo, cuyo conductor falleció en el acto. El ex-matador cartagenero se dirigía a su finca Yerbabuena, en Castilblanco de los Arroyos (Sevilla), por la carretera A-8002, cuando, a la altura del kilómetro 28 su vehículo, un Mercedes-XR, impactó contra el otro coche, en el que sólo viajaba el conductor, de 48 años.
Desde Badajoz Taurina queremos transmitir todo nuestro ánimo a la familia de José Ortega Cano y a Rafael desearle el mayor de los triunfos en esta tarde de poso triste.