BALANCE de la jornada

Indulto de Talavante en Aguascalientes

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FOTO: Gallardo.
FOTO: Gallardo.

Alejandro Talavante indulta a ‘Niño Bonito’, un toro de Begoña herrado con el 286 en Aguascalientes y hace enloquecer a la afición hidrocálida con su toreo reposado y mayestático. (IMÁGENES EN CANAL VIDEO)
Redacción.-

El balance de las actuaciones de toreros pacenses que han realizado el paseíllo hoy, sábado 30 de abril, ha sido el siguiente:

CORRIDA DE TOROS:

  • Aguascalientes (México).- 8ª de la Feria de San Marcos, Tres cuartos de entrada en tarde agradable. Toros de Begoña bien presentados pero desiguales de juego, destacando el lidiado en 5º lugar con el nombre de ‘Niño Bonito’ con el número 286 y que peso 489 kg. que fue indultado por Alejandro Talavante. Eulalio López Zotoluco, silencio y aplausos. Alejandro Talavante, aplausos e indulto. Arturo Saldívar. Aplausos y silencio.

Según crónica de Pedro J. Jiménez Villaseñor sobre la actuación de Alejandro Talavante esta tarde en Aguascalientes: «Alejandro Talavante, el de Badajoz. Para éste fue el de Santa Teresa, malo y peligroso de nombre “Niño Simpático”, lo que menos tuvo. Talavante ya con la muleta pide silencio a la música, el peligro del toro era seco pero con intuición de lo que la res le pedía se lo hizo, lo dejó en tablas y ahí le ha pegado muletazos de enorme arte, de mucha inventiva, cierto que aprovechando el viaje pero era la única manera de lograrlo, de la espada ya mejor ni hablamos, Alejandro esta perdido y esto da al traste con sus labores».

«Pero vendría el quinto, el cabalístico quinto lugar y salió “Niño Bonito”, marcado con el numero 286 de 489 kilos. A este le ha toreado primorosamente de capa, seis verónicas muy lentas, sobre todo por el lado izquierdo y rematar soltando una punta del percal, los primeros fuerte olés se dejaron escuchar al son de las dianas musicales. Con la muleta ha estado Talavante toreando de manera sensacional, dejándonos ver de nueva cuenta que quien tiene arte levanta pasiones. Sobre todo les decía que volvimos a ver su inventiva, su manera muy personal de aprovechar toda ocasión para tener detalles de ingenio para crear detalles impresionantes de inspiración pocas veces vista, este don no se da en macetas ni se vende en boticas».

«Inicia su faena con seis estatuarios en el centro del ruedo, lo liga con un cambiado que es de pintura, tandas de naturales largas y ligadas, sin quitarle la muleta de la cara a Niño Bonito, acordémonos que es día de esas criaturas, de los niños y por ello los nombres a los astados de los señores Bailleres, tandas “a la mexicana”, nada de la cosa esa espantosa de esconderles la muleta entre pase y pase, caminándole como pocas veces se ve en la actualidad, este hombre va a quitar muchos moños, allá y aquí, corriéndose el sano riesgo de que sea este badajocense o badajoceño, el nuevo ídolo español que capte las preferencias de los públicos americanos. Pero aquí comienza lo malo…»

«Cuando la faena estaba en lo más alto de la emoción y el arte, y el toro que pasaba sin mayor peligro y/o problema, comenzó a solicitarse el indulto, llegó el momento que la petición se fue generalizando, Talavante, aparentemente, no sabía qué hacer, volteaba al palco presidencial que le negaba el perdón al cornúpeta, él seguía toreando a un bendito, nunca a un bravo, y la solicitud que regresara por donde había salido seguía en asenso. Continuaba con una labor excelente, muletazos sentidos, hondos, trincherazos y trincherillas que era arte puro, pero al liar su muleta para entrar por uvas, el público lo abroncaba y llegado el momento desde las alturas llegó el perdón, hasta aquí todo era fiesta, que en solo segundos después precedería la pachanga del asistente fiestero al chillar el indulto que ellos mismos habían solicitado con harta insistencia. Inclusive cuando el toro había traspasado el portón que le regresaba a los corrales, hubo un sector que le negaba saliera a dar la vuelta al ruedo que tanto se había ganado gracias a su clase y arte. Al final la dio y las opiniones se dividieron».

«Aquí no se otorgan trofeos simbólicos, pero esto del indulto liberó a Talavante de padecer el mal que ya le conocemos, el de no saber rematar sus faenas con la espada y por ahí pudo darse la rendija de la división de opiniones. Pero dicen en mi rancho… Quien nos quita lo bailao. O lo que es lo mismo, merecido o no el tan mencionado indulto disfrutamos de momentos de arte sublime».