José Manuel Garrido corta dos orejas y se erige triunfador de la novillada celebrada en Bodonal de la Sierra. En el quinto quedó casi inédito por la fuerte tromba de agua que dejó el piso de plaza en muy mal estado.
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Francisco Santana.-
Todo hacía presagiar que tarde o temprano la lluvia haría acto de presencia en una tarde en la que, con las cámaras de Canal Extremadura de por medio, se palpaba a partes iguales el buen ambiente taurino en la Primera de las novilladas de la Liga de Intercambios de la Federación Internacional de Escuelas Taurinas, que organiza el Patronato de Tauromaquia de Badajoz, con los cárdenos nubarrones que anunciaban agua. Y así fue, a partir del quinto novillo, el cielo se abrió y el diluvio hizo acto de presencia dejando el ruedo en pésimas condiciones para la lidia y al respetable calado hasta los huesos, aunque previsores habían acudido pertrechados de paraguas y chubasqueros.
Actuaba en primer lugar David Sevilla, novillero de la escuela taurina de la Diputación de Valencia, que recibió de una larga cambiada al que abrió plaza. Como buen representante del toreo levantinio puso banderillas. Luego con la muleta anduvo pesado, en una faena de altibajos. Pinchó dos veces antes de dejar la espada enterrada entera. Saludó desde el tercio.
A su segundo, un bonito castaño chorreado, no supo entenderlo y le costó un mundo meterlo en la muleta. Después de un aviso e innumerables golpes de verduguillo, recibió una gran pitada por parte del público asistente.
En esta novillada el único representante de la Escuela del Patronato de la Diputación de Badajoz ha sido José Manuel Garrido, que comenzó la lidia de su primero con una tanda de verónicas que remató con una media muy ceñida. Replicó Fernando Rey por lopecinas, siendo muy aplaudido. En banderillas pudimos ver a un recuperado Jesús Márquez, después de la gravísima cogida en La Maestranza el pasado año. Circunstancia que nos agrada y por la que le felicitamos. Tras una intensa faena de muleta, paseó dos orejas.
La faena al segundo fue bastante deslucida principalmente porque el cielo se abrió y las gentes empezaron a desfilar de la plaza buscando buen recaudo. Recibió una fuerte ovación en reconocimiento a su entrega en un ruedo ya hecho un barrizal.
De la escuela taurina de Málaga es Fernando Rey, el tercer actuante. En el primero de su lote, al que puso banderillas, supo hacerle las cosas con mucho tiento, sobre todo con la muleta en donde se pudo ver la valentía de la que hizo honor en su segundo, un bravísimo novillo que no dejaba de embestir aun estando el piso de plaza totalmente impracticable. Tras una gran faena, en unas condiciones malísimas por la fuerte lluvia fue cogido varias veces al entrar a matar. Con un fuerte palizón y con un ruedo que parecía una pista de patinaje, el presidente dió por finalizada la novillada y el público fue desalojado por las autoridades competentes, no sin antes reconocer la gesta del chaval malagueño, que había paseado un apéndice en el novillo anterior.