Una nueva ganadería alumbra en el campo extremeño, y al frente de ella la juventud, las ganas y el afán de aprender de Belén y Alba Muñoz, sus propietarias, que crecerán a la par que sus toros buscando la alquimia de la bravura.
Antonio Girol.-
Décadas atrás, un abuelo llamado Cayetano, imprimió sus genes ganaderos en dos nietos: Antonio y Carlos. Hoy es otro abuelo, hijo de aquel mítico ganadero segedano, de igual nombre que el mayor de sus hijos, el que trasmite su amor al campo y al bravo a sus dos nietas: Belén y Alba. Ellas serán las representantes del nuevo hierro, que se anunciará con el nombre de ambas, cosido al apellido que da carácter a su familia: Muñoz. El mismo que su padre pasease por los ruedos extremeños y españoles cuando soñaba faenas que luego enjaretaba en las plazas de toros. |
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Hasta ‘Doña Elvira’, en el término municipal de Valencia del Ventoso, se han trasladado desde ‘El Judío’, la finca sevillana que la Marquesa de Nervión comprase a Antonio Ordóñez, casi ochenta cabezas, entre las que destacan cuarenta y seis vacas de vientre – algunas de ellas con sus crías cogidas de las ubres – junto a un raceador. Todas ellas herradas con el antiguo hierro de Los Pilares, que desde ahora se anunciará en los carteles como Toros de Belén y Alba Muñoz. Y que llevará el sello puro de los Guateles, sangre en la que confían ciegamente en esta casa. El hecho de que Antonio haya pensado en sus nietas no se debe a un capricho de abuelo, sino todo lo contrario, ya que ve en ellas, por su afición al campo, dos claras continuadoras del legado familiar. |
No en vano, siempre que sus ocupaciones escolares se lo permiten, ambas se desplazan hasta ‘Doña Elvira’ para seguir con atención los pormenores de la selección y el manejo, incluso tomando notas en los tentaderos. En vistas de esa pasión no es de extrañar que recibiesen tan inesperado – para ellas – regalo. Convertidas en las ganaderas más jóvenes de nuestra región se les abre por delante un camino mágico, en el que irán aprendiendo de la mano de su abuelo, su padre y su tío Carlos, a la hora de seleccionar y criar un toro que haga que sus nombres aparezcan, en letra de molde, en los carteles de las principales ferias taurinas. Suerte a ambas, y enhorabuena. Ojalá muy pronto en Badajoz Taurina podamos empezar a cantar los triunfos de esta nueva ganadería que nace plena de ilusión. |