ARCADIO ALBARRÁN - Ganadería

Herencia del pasado

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Herrando a mano en la ganadería de Arcadio Albarrán. (FOTO: J.M. Ballester)
Herrando a mano en la ganadería de Arcadio Albarrán. (FOTO: J.M. Ballester)

Herrar a mano es una tradición que poco a poco se va perdiendo en el campo bravo. Son pocas las familias que aún conservan esta forma de marcar a fuego a sus productos. Y una de ellas es la de Arcadio Albarrán Olea, como os presentamos en este reportaje de J.M.Ballester.

Antonio Girol.-

El castillo de Miraflores observa, silente, como una nueva camada de añojos espera en las corraletas para recibir el bautismo de fuego que les de filiación.

Añojos que a partir del ahora serán para siempre reconocibles con el hierro que D. Arcadio Albarrán García-Marqués adquiriese, en el primer trienio de los felices veinte del pasado siglo, proveniente de la partición de Campos Varela.

Añojos que portarán la sangre brava de una casa que lleva más de ochenta años regando de nobleza las 300 Hectáreas de ‘Pedro Martín’, a través de toros bajos, de manos cortas, armoniosos. Refrescados a finales de los ochenta con sangre parladeña de ‘Los Guateles’.

Añojos herrados a mano. Herencia de un pasado que sigue vivo en esta casa y que encuentra en los más pequeños del apellido Albarrán un futuro que asegura la continuación de una tradición que se pierde en el recuerdo de los Arcadio que portaron el apellido Albarrán por tierras extremeñas.

Faena de campo que la mirada de nuestro compañero José María Ballester introduce en sus hogares a través de este reportaje gráfico. El cual hay que agradecer de corazón a la familia Albarrán Sánchez-Moraleda.

HERRANDO A MANO EN ARCADIO ALBARRÁN. FOTOS:J.M. BALLESTER.

D.Arcadio repasa el libro antes de dar comienzo al herradero. Mientras los hierros terminan de ponerse al rojo. Arranca el herradero y el ganadero anota los dígitos en su libreta.
Lo primero es inmovilizar a la res que ha sido cogida a mano. El hierro debe estar en su punto antes de ser utilizado. Para que haga el efecto deseado, marcar a la res.
El hierro de la ganadería es colocado por el ganadero. Es habitual que haya invitados, en esta ocasión lo fue Antonio Ferrera. Número correlativo, guarismo de año y hierro son marcados en la res.
Tradición que es adoptada por los más pequeños. La bravura del ganado sale a relucir tras el herradero. Y es hora de demostrar el valor seco de los hombres de campo.
El herradero ha finalizado, la libreta se cerrará hasta otra jornada. Es hora de descansar y refrescarse tras el trabajo bien hecho. Jaime Albarrán satisfecho tras herrar una nueva camada.