BALANCE de la jornada

Talavante a hombros en Vistalegre

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Talavante golpea fuerte en la primera de la Feria de Invierno madrileña al cortar dos orejas de su primero. Un toro al que supo entender perfectamente y ahormó en su poderosa muleta. Redacción.-

 

El balance de las actuaciones de toreros pacenses que han realizado el paseíllo hoy, sábado 26 de febrero, ha sido el siguiente:

CORRIDAS DE TOROS:

  • Vistalegre (Madrid): Feria de Invierno. Con menos de media entrada se han lidiado toros de Garcigrande, desiguales de presentación y nobles en conjunto. Julián López El Juli, oreja y oreja. José María Manzanares, oreja y oreja tras aviso. Alejandro Talavante, dos orejas y silencio.

Según crónica de nuestro compañero Alberto Rodríguez Villafranca sobre la actuación de Talavante esta tarde en Vistalegre:

«El tercero fue pitado de salida por su pobre presentación. Talavante, muy inteligentemente, al ver al público contrariado, comienza citando de lejos al animal,para así aprovechar el buen tranco del toro. Los pases se suceden ligados, largos, hondos y con sumo temple. Que aún mejoran con la zocata al dar ese peculiar muñecazo tan ‘talavantino’ que da más durabilidad al pase, y por ende lleva más emoción al tendido. Como así ocurrió en esta faena.

Exigente derechazo de Talavante en Vistalegre. (FOTO:Juan Pelegrín/Las Ventas.com)

Epilogó por medio de manoletinas y agarró una buena estocada, ligeramente desprendida,  de efecto fulminante que hizo que el toro rodara por el suelo.La plaza se pobló de pañuelos, le fueron concedidas las dos orejas. Y al toro, protestado de inicio se le despidió entre aplausos».

«El sexto fue un ejemplar con clara tendencia a los adentros. Alejandro se muestra muy dispuesto desde el incio de faena con la muleta, llevándose al toro al centro del platillo para corregirle el defecto del que adolece. Faena cargada sobre el lado diestro, por donde el animal la sigue por abajo, apesar de mansear en exceso. Sin transmisión alguna conforme van sucediéndose los muletazos el animal va acortando cada vez más los viajes, quedándosele en las zapatillas y punteando las telas. Al final desiste y se marcha en silencio hacia tablas tras pasaportarlo».