El brío y la emoción en la escritura de José Mauricio Rodríguez del Rincón nos adentra en la historia de la Feria de marzo de Olivenza. En un recorrido por sus treinta años de vida, en los que con su memoria y su recuerdo recrea lo acontecido en el coso oliventino con tal nitidez que leyendo su resumen de anualidades pareciese que estemos sentados en sus escaños. Dada la amplitud de información se ofrecen tres entregas, divididas por décadas. Aquí va la primera que incluye las ferias de 1991 a 1999.
José Mauricio Rodríguez del Rincón*.-
No es fácil explicar todo lo que durante 30 años ha pasado en la Feria de Olivenza. Cómo el éxito ha perseguido año tras año a una feria que nació en donde nada había y que gracias al tesón y al esfuerzo de muchas personas se ha convertido en lo que hoy es una hermosa realidad.
Se conjugaron muchas cosas para que este éxito fuera posible: Una bella Plaza de toros rescatada desde casi su ruina por los hermanos Marceliano y Pablo Ortiz, grandiosos aficionados a los toros y oliventinos de pro. Dos jóvenes empresarios (José Cutiño y Joaquín Domínguez) que tenían un proyecto ganador y que supieron venderlo magníficamente. Y para remate un alcalde, un buen alcalde o mejor dicho un magnífico alcalde, que creyó en el proyecto aunque jamás había pisado una plaza de toros.
De esta conjunción de voluntades, nació una feria taurina con vocación de grandeza y, poco a poco, se fue consiguiendo su consolidación amparándose en los grandes triunfos que se iban produciendo.
Es verdad que durante estos 30 años no todo ha sido bueno, pero en el balance general, las cosas buenas superan muy ampliamente a las malas.
Uno, que ha tenido la oportunidad de asistir a absolutamente todos los espectáculos de la Feria del toro de Olivenza desde el primero, celebrado en 1991 hasta el último en 2019, guarda en el baúl de sus recuerdos un montón de grandes momentos que permanecen frescos y lozanos en su memoria.
Muchos de estos recuerdos seguramente estarán en la mente de muchos aficionados que tuvieron la suerte de presenciarlos. Refresquemos las memorias:
– 1991: Primera corrida organizada por Cutiño y Domínguez, con un cartel formado por Emilio Muñoz, Miguel Báez, Litri y Jesulín de Ubrique. De los toros previstos de Mari Carmen Camacho solamente se aprueban dos y la corrida debe ser remendada a toda prisa con cuatro de Antonia Juliá de Marca. Gran faena de Emilio Muñoz en su segundo, del que se le conceden dos orejas. Un mulillero es arrollado por el tiro de mulillas que le pasó por encima. Empiezan a organizarse actos paralelos a las corridas: entregas de premios, conferencias, homenajes…
– 1992: Fallecimiento de Marceliano Ortiz que apenas pudo ver comenzada su obra. Corrida de Cayetano Muñoz en la que intervienen Juan Antonio Ruiz, Espartaco, Cesar Rincón y Espartaco Chico. Gran triunfador César Rincón que corta tres orejas y que pasaba por sus mejores momentos como torero. La corrida fue retransmitida por Radio Caracol de Colombia.
– 1993: El gran fiasco. Por primera vez en la historia se acartelan en Olivenza tres números unos en un mismo cartel: Espartaco, Rincón y Ponce, con toros de Gabriel Rojas. La corrida resulta un muermo insoportable pues los de Rojas se caen todos y la corrida transcurre en medio de una bronca continuada.
Tras el fracaso de la corrida, parece que peligra la continuidad de la Feria, pero la empresa decide emprender la huida… hacia delante y la recompensa vendría al año siguiente.
– 1994: Llega el gran revulsivo: Victorino Martín. Victorinos para figuras decían los carteles. Llenazo de no hay billetes y Ortega Cano (sustituyendo a Espartaco), Enrique Ponce y Jesulín de Ubrique. La corrida resulta un éxito enorme. El cuarto de nombre Garboso es indultado por Ortega Cano. Ponce corta una oreja y pincha su faena del quinto que es una de las mejores de su vida, Jesulín, también sale a hombros.
La corrida tiene una gran repercusión a nivel nacional y empieza a sonar el nombre de Olivenza en todo el orbe taurino. Empieza a acudir “el famoseo” a Olivenza.
– 1995: Por primera vez se dan dos corridas en el ciclo oliventino, separadas por algo más de un mes. La primera es una corrida de Torrestrella que resulta, mansa y floja y ante la que nada pueden hacer ni Ponce, ni Jesulín, ni Pedrito.
Un mes después vuelven los victorinos y propician otro gran espectáculo. Ortega Cano corta una oreja, Ponce dos y Pedrito le corta el rabo al sexto: Molinero, que es premiado con la vuelta al ruedo.
– 1996: A las dos corridas del año anterior se le suma una de rejones en la que resulta triunfador Fermín Bohórquez. La de Alcurrucén no sirve y solo se deja cortar dos orejas. A la de Victorino Martín, Enrique Ponce le corta tres orejas y sale en triunfo por la puerta grande. El lote que lidió el valenciano resultó sensacional y tanto Bustillo como Vergonzoso, que así se llamaban, fueron premiados con la vuelta al ruedo.
Además de la Filarmónica de Olivenza actuó la banda de Alcacer do Sal.
– 1997: Por primera vez se juntan en un mismo fin de semana una corrida de rejones y la de Victorino. Solo dos orejas entre los seis rejoneadores en tarde de muchos pinchazos y nuevo enorme éxito de la corrida de los victorinos. Alternativa de Antonio Ferrera que desoreja a sus dos enemigos mientras el padrino Enrique Ponce alcanza a cortar tres orejas y el testigo Pedrito de Portugal se conforma con una sola. Otra corrida que alcanza una enorme repercusión a nivel nacional.
– 1998: Visto el éxito del año anterior se repite el mismo cartel con los toros de Victorino como principal atractivo junto con una corrida de seis rejoneadores el día anterior a la que solamente se le corta una oreja.
En la de Victorino, los tres espadas y el mayoral salen a hombros por la puerta grande. Dos orejas cada uno cortan Ponce, Ferrera y Pedrito.
– 1999: El empujón definitivo que necesitaba la Feria de Olivenza, su consolidación definitiva. Dos corridas de la máxima expectación. La reaparición de Espartaco que abre los telediarios y llega a ocupar toda la portada de La Razón, en medio de una gran expectación. La corrida es un gran triunfo y Espartaco abre la puerta grande con tres orejas en su esportón.
Al día siguiente un jovencísimo Julián López, El Juli, a los pocos meses de tomar la alternativa se encierra con seis toros y obtiene cinco apéndices tras una gran tarde de toros. Mata el primer victorino de su vida.
Próximo capítulo los años de 2000 a 2009.
* José Mauricio Rodríguez del Rincón es autor de los libros: Olivenza y los Toros, Olivenza, sueños de plata. Y el próximo sábado, a las 13 horas, presentará su nueva obra: Olivenza, capital del toro.