Manuel Perera se proclamó ganador del VII Certamen de Novilladas sin picadores del Patronato de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz cuya final se celebró en Cabeza la Vaca y que dejó muchos detalles de los tres novilleros que se repartieron seis orejas de una novillada enrazada de Talavante.
CABEZA LA VACA – Final Certamen Patronato
NOVILLOS: Se han lidiado erales de Toros de Talavante, desiguales de presentación y juego. Destacó el segundo, de nombre Pajareta, herrado con el número 42, al que se premió con vuelta al ruedo.
NOVILLEROS:
Víctor Acebo (de blanco y oro), ovación con saludos y vuelta al ruedo.
Manuel Perera (de sangre de toro y oro), dos orejas y dos orejas.
Eric Olivera (de grana y oro), palmas y dos orejas.
INCIDENCIAS: Lleno. Noche de agradable temperatura. Juan Luis Moreno y Coque De la Peña se desmonteraron al palear al cuarto. Manuel Perera fue declarado triunfador del Certamen y la ganadería de Talavante se proclamó triunfadora del premio que otorgan las Asociaciones El Temple de Burguillos del Cerro y Conde de la Corte de Jerez de los Caballeros .
Antonio Girol.-
Para que una final sea la fiesta que los organizadores buscan se tienen que concatenar una serie de circunstancias: una plaza con solera, como lo es la de Cabeza la Vaca, una afición que sepa ver las faenas y seguirlas con el silencio y el respeto que requiere el toreo como la que llenó el coso cabezalavaqueño, una banda de música con un director que sea tan buen aficionado que mande atacar con Manolete en la primera faena de muleta (gracias, Juan Ramón) y sobre todo, tres novilleros con ganas de pelear el galardón puesto en juego. Bien digo lo de pelear porque la novillada de Talavante no fue sencilla. Tuvo mucho que torear por encastada. Con novillos que en ocasiones desarrollaron más genio que bravura. Y que tuvieron en el segundo, premiado con vuelta al ruedo, al mejor del encierro.
Abrió plaza un jabonero sucio, muy en el límite, al que saludó Víctor Acebo a la verónica y Manuel Perera quitó por gaoneras. Viendo el poco fuelle que tenía el animal, el novillero de Almería lo mimó con suavidad en el inicio de faena de muleta para después ir ganándole siempre un paso en las siguientes tandas. El de Talavante se defendía por culpa de esa falta de fuerzas y Acebo tuvo que dosificarlo mucho para que le durase por lo que su labor no terminó de calar en los tendidos. Para rematar el cuadro se atascó con el acero.
No tuvo tampoco suerte con el cuarto, más cuajado que el anterior de su lote. Un novillo al que Juan Luis Moreno y Coque de la Peña administraron un excelente tercio de banderillas por el que tuvieron que saludar en el tercio una sonora ovación. Inició faena Acebo por doblones a dos manos. Iba el eral mejor por el pitón izquierdo y por ahí enjaretó el de Almería su actuación en series de buen trazo rematadas con excelentes pases de pecho llevándose la muleta a la hombrera contraria. Los ayudados con los que remató su actuación también tuvieron ese aroma de torero que quiere hacer las cosas bien. Le pidieron con fuerza la oreja y ante la negativa del palco dio una vuelta al ruedo.
El triunfador numérico y a la vez del Certamen fue Manuel Perera. Se le nota hecho, con fundamentos suficientes para afrontar retos mayores. A su primero lo lanceó con suavidad a la verónica. Eric Olivera entró en quites por saltilleras y le replicó por gaoneras. Señal de que los novilleros venían con el cuchillo entre los dientes. El de Talavante tuvo motor y Perera lo entendió perfectamente. Le fraguó una faena en la que llevó siempre al astado muy toreado. Sobresalió el toreo al natural, corriendo bien la mano y alargando las embestidas. Cuando el eral redujo las revoluciones, se ajustó en cercanías y allí terminó de exprimir al de Talavante que fue premiado con vuelta al ruedo y el novillero con dos orejas.
Idéntico premio al que pasó del quinto. Un novillo soso y distraído que apretó en banderillas. Y al que comenzó Perera a torear de muletas con la zurda si más probaturas. Mandó parar la música y en silencio fue macerando al animal hasta lograr sacarle una faena de torero ya hecho. Tanto perseveró en su labor que fue volteado de manera muy fea. Afortunadamente pudo continuar la lidia y rematar su labor con un volapié en el rincón de efecto inmediato.
Eric Olivera vivió la cruz y la cara. La primera en forma de atasco con el acero en su primero al que había toreado de manera primorosa al natural. Y al que había recibido con una larga cambiada en el tercio para luego lancear a la verónica de rodillas. También de rodillas inició su labor muleteril. Le funciona bien la cabeza a este joven novillero de Villanueva del Fresno y lo puso en práctica en la manera en que ahormó la embestida descompuesta del eral primero con la diestra y después en tandas de naturales de muy bella expresión. El epílogo de la faena llevó la firma de las luquesinas.
Se desquito en el sexto, del que paseó las dos orejas. Un novillo enrazado y protestón al que doblegó por el pitón izquierdo a base de templar mucho las embestidas e imponerse en una faena de mucha fibra que caló en los tendidos. Olivera está llamado a ocupar el sitio que pronto dejará su paisano Perera. A buen seguro que sabrá cogerlo si continúa toreando con las ganas y el buen gusto que lo hizo en este ciclo. Las manoletinas finales y una estocada certera fueron la guinda a una actuación de mucho mérito.
GALERÍA GRÁFICA – FOTOS: BALAS
OTRAS IMÁGENES – FOTOS: BALAS Y MÓNICA VÁZQUEZ