Juan Silva ‘Juanito’ y Carlos Domínguez, que debutaba con caballos, salieron a hombros tras desorejar doblemente a uno de los dos novillos que le tocaron en suerte en una matinal que dejó nuevamente el aroma inconfundible de las novilladas de Olivenza. El mexicano Diego San Román pechó con el peor lote y se marchó de vacío.
OLIVENZA – Novillada con picadores
NOVILLOS: Se han lidiado novillos, por este orden, de Carriquiri, San Pelayo, Talavante, El Freixo, José Luis Iniesta y Vistalegre, bien presentados y de buen juego general a excepción del 5º que fue el más desrazado. Destacó en bueno el 3º, de Talavante.
NOVILLEROS:
Juan Silva ‘Juanito’ (de verde botella y oro), ovación con saludos y dos orejas.
Diego San Román (de azul rey y oro), ovación con saludos y silencio.
Carlos Domínguez (de verde hoja y oro), vuelta al ruedo y dos orejas.
INCIDENCIAS: Media plaza de aforo en mañana soleada y de temperatura agradable. Carlos Domínguez debutó con picadores con Inquemable de Talavante. Jesús Díez Fini y Antonio Vázquez saludaron en el tercero y Miguelín Murillo en el sexto tras poner banderillas.
Antonio Girol.-
La novillada de Olivenza se anunció como concurso de ganaderías. Sin embargo, ni en el ruedo ni en el primer tercio se adivinó que la novillada fuese a ser de este tipo. Ni se había delimitado con cal una zona para colocar el caballo de picar, que es algo habitual en las concursos, ni los novilleros pusieron los novillos en suerte como correspondería para apreciar la bravura de los astados. Hecha esta aclaración que conviene precisar para que la gente no se lleve a equívoco hay que decir que, a excepción del quinto, de una u otra forma el resto de utreros sirvieron a los tres novilleros.
El primero, de Carriquiri, estaba cogido con pinzas. Juanito lo quitó del caballo por gaoneras y en la última el novillo perdió las manos. Esa falta de fuerza la evidenció en la muleta quedándose siempre en las zapatillas y reponiendo en cada muletazo. Dura papeleta para el novillero portugués que tragó una barbaridad al de sangre Núñez hasta conseguir sacarle una serie con la diestra que hizo sonar la música. Muy firme en todo momento se impuso a su oponente en una faena de raza en la que, en todo momento, se apreciaron sus ganas ante un novillo con mucho peligro. Solo el fallo a espadas impidió que tocase pelo.
Del que sí tocó y por partida doble fue de su segundo. Salió Juanito a por todas yéndose a los medios para recibir al de El Freixo de frente por detrás. En ese mismo lugar inició la faena de muleta con pases cambiados por la espalda. El novillo se desplazaba en largo, pero con poca clase. Tuvo Juanito que tocarlo mucho para mantenerlo en la franela por la tendencia del animal a mirar a tablas. Le buscó bien las vueltas Juan en series en redondo y con el final en cercanías. Se tiró a matar muy de frente y, al enterrar el estoque, el novillo lo cogió de forma muy fea y se vivieron unos segundos de mucha angustia.
Poco se ha podido ver de Diego San Román en esta matinal. El mexicano echó por delante al murubeño de San Pelayo que salió abanto como toca a los de su sangre. Sin probatorias se fue el novillero a los medios y desde allí citó con la zurda al natural. A pesar de la buena intención del comienzo tuvo que desistir porque el astado se le coló dos veces. Cambió de mano y por ese pitón el de Perera se quedaba más corto y reponía. Al igual que Juanito en el anterior, San Román también tuvo que aguantar, en este caso muchas miradas ya que el novillo siempre lo tuvo en el punto de mira. Volvió al izquierdo y esta vez sí consiguió los mejores pasajes de su faena en naturales de uno en uno, pero de muy buen trazo.
Con el que no pudo hacer nada fue con el quinto, el peor del encierro. Sosote, sin transmisión alguna y lanzando derrotes en cada embestida, el de José Luis Iniesta no permitió al novillero azteca más justificar sus ganas por querer torear por ambos pitones, pero sin que pudiese sacar una tanda limpia.
Carlos Domínguez debutó con caballos con Inquemable de Talavante, al que saludó con dos largas cambiadas. Después sobrevino el susto al perder pie el novillero y caer en la cara del novillo que hizo presa y le dio una auténtica paliza. Estuvo muy bien Domínguez en el quite por chicuelinas. Fini y Antonio Vázquez saludaron en banderillas. Brindó a la Escuela de Badajoz en las personas de Lorenzo Molina y los maestros Luis Reina y Cartujano. En los medios, de rodillas, le dio dos pases cambiados por la espalda. Pero lo verdaderamente bueno vino después. El de Talavante embestía al ralentí y lo aprovechó el debutante que se gustó en cada pase ofreciendo una sinfonía de naturales con los que acarició las dulces embestidas de Inquemable. Lástima que fallara con el acero porque de haber acertado a la primera hubiera cortado trofeo.
Trofeo que sí paseó del sexto por partida doble. El de Vistalegre fue el más alto de la novillada. Miguelín Murillo le endilgó dos buenos pares y saludó montera en mano. Domínguez, que se había dejado los nervios en el hotel, mostró un buen conocimiento de los terrenos y del temple y logró correr bien la mano diestra. Por el izquierdo el novillo llevaba la cara a media altura. Aun así, Carlos se justificó por ese pitón para, acto seguido, buscarle las vueltas con circulares. No se puede poner un pero ni en la actitud, ni en las ganas que demostró el debutante en todo momento, así como en la fe que demostró al entrar a matar de donde salió volteado.
GALERÍA GRÁFICA. FOTOS: GALLARDO
OTRAS IMÁGENES. FOTOS: GALLARDO