Los dos toreros de Badajoz no dejaron pasar la oportunidad de reivindicar su puesto en el cartel inaugural de la feria de San Juan. Ambos espadas salieron a hombros, rodeados, de una afición juvenil que fue la nota positiva en unos tendidos exangües de aficionados en el primer festejo del abono pacense. Pedrito de Portugal fue silenciado en sus dos toros.
BADAJOZ – Corrida de toros. 1ª de abono.
TOROS: Se han lidiado toros de Lagunajanda, desiguales de juego y presentación. Nobles en conjunto a excepción del quinto y el sexto más complicados. Primero y segundo blandearon.
TOREROS:
Pedrito de Portugal (de purísima y oro), silencio y silencio.
Israel Lancho (de catafalco y azabache), oreja y oreja.
Posada de Maravillas (de azul noche y oro), silencio y dos orejas.
INCIDENCIAS: Menos de un cuarto de aforo. Tarde de temperatura cálida, pero soportable comparada con años anteriores. Saludaron en banderillas Miguelín Murillo y Antonio Vázquez tras palear al tercero. Posada de Maravillas entró en el cartel por la vía de la sustitución de Luis David, no repuesto de la cornada sufrida el pasado domingo en Istres.
Antonio Girol.-
Duele ver los tendidos del coso de Pardaleras con un aspecto tan desangelado como se han visto esta tarde en Badajoz. Ni un cuarto de plaza se cubrió en su aforo para presenciar la primera de abono. Se cumplió por tanto lo esperado una vez se conocieron los carteles y las reacciones de los aficionados que definitivamente han dado la espalda a una plaza que en los dos últimos años no levanta cabeza.
Si alguien de la FIT, en su sano juicio, pensó que Pedrito de Portugal iba a traer una ingente avalancha de aficionados de al otro lado de la frontera como hogaño ocurría en Badajoz haría bien en mirárselo porque el excelente torero portugués ya no está para este tipo de acciones.
Pedrito sigue siendo tan buen torero como lo era en su época de máxima figura de Portugal porque eso es innato, al igual que sigue exhibiendo la misma frialdad a la hora de torear que mostraba por entonces y que le acarreó la mengua de su carrera. Ni en el primero ni en el cuarto logró conectar con el exiguo público que asistió a la corrida. En el uno porque más allá de una labor pulcra ante un toro que no humillaba, poco puede destacarse de su aseada labor; y, en el otro, a pesar del cante grande con el que dio comienzo la faena de muleta con torerísimos doblones y dos series con la diestra de mucha pureza que albergaron la esperanza de ver al genial torero que siempre fue, su actuación se desdibujó en las siguientes series hasta terminar resultando desangelada.
Israel Lancho llevaba pidiendo una oportunidad de torear en su plaza desde que en 2014 cortase dos orejas a un corridón de Martín Lorca y Escribano Martín. De ahí que a su compromiso no se le pueda poner ni un pero. Si no todo lo contrario. A sus dos toros los saludó yéndose a portagayola. En los dos dio todo lo que tiene dentro. O lo que es lo mismo: amor propio y ganas de agradar. A su primero, muy noble, pero que blandeaba, tuvo que pulsearlo hasta conseguir algunas series de estimable valía. Sobre todo, por el derecho. Corriendo bien la mano. Cuando el astado se apagó optó por meterse en su jurisdicción hasta lograr arrancarle una oreja tras un espadazo.
El quinto era una prenda de esas con peligro sordo que hacen sudar tinta al más pintado. Midió con la mirada en todo momento al torero badajocense que tuvo que tragarle una barbaridad. Estando en ocasiones a merced de la voltereta que si no llegó a producirse fue porque Lancho estuvo muy despierto. Valiente y enfibrado se ganó el favor del respetable que supo valorar el esfuerzo realizado premiándole con la oreja que necesitaba para repetir salida en hombros cuatro años después.
Posada de Maravillas fue el torero elegido por la empresa para sustituir a Luis David, herido días atrás en la feria de Istres. Al igual que en ocasiones se les critica, en esta es de ley darles la enhorabuena en la elección del sustituto. Al joven matador, que se presentaba con ese galón en su ciudad tras ser alternativado en Zafra allá por 2015, en su primero se le notó la falta de oficio. Normal si tenemos en cuenta que desde su doctorado solo ha toreado ocho tardes. A pesar del buen aire que tuvo el de Lagunajanda por el pitón izquierdo en los compases iniciales del toreo de capote, aquello se quedó en un espejismo al llegar al último tercio e impidió que el menor de los Posada tuviese opciones de lucimiento.
El último, al igual que el quinto, tenía mucho que torear. Enfrente tuvo a un torero que tiró la moneda y ganó la apuesta. Lo hizo de forma arrebatada, sabiendo que las oportunidades escasean y hay que poner toda la carne en el asador. Y además, lo hizo con momentos de mucho gusto. Especialmente recordado resultó el cierre de faena con pases del desdén que caldearon al respetable unido a un estoconazo en la yema saliendo trompicado en el encuentro. Lo que le valió para pasear, emocionado, dos orejas cortadas a ley.
GALERÍA GRÁFICA. FOTOS: GALLARDO
OTRAS IMÁGENES. FOTOS: GALLARDO
VIDEO DEL FESTEJO.