LLERENA - Novillada con picadores

Sobraron pinchazos y faltaron corrales

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La espada impidió un mayor éxito de los tres novilleros. De modo que Luis Manuel Terrón no pudo acompañar a Juanito y Jesús Díez en la salida a hombros en una novillada en la que Zalduendo ganó la batalla a Torre de Onofre con un excelente ejemplar que mereció como poco la vuelta al ruedo que incomprensiblemente le negó la presidencia.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado novillos de Torre de Onofre (1º, 3º bis y 5º) y Zalduendo (2º, 4º y 6º), bien presentados en general. Mejores los de Zalduendo destacando el 2º de ritmo y clase infinita. Los de Torre de Onofre nobles y escasos de fuerza en conjunto a excepción del rajado 5º
TOREROS:
–  Luis Manuel Terrón (grana y oro), aplausos y oreja.
Jesús Díez (tabaco y oro), oreja  y oreja.

– Juan Silva ‘Juanito’ (rosa y oro) oreja y oreja.

INCIDENCIAS: Tarde de temperatura agradable. Menos de media plaza de aforo. El 3º se inutilizó durante la lidia y hubo de ser muerto a estoque por falta de corrales a donde trasladarlo con los mansos.

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J.M.M.-

La espada, o mejor dicho el mal uso de ella en sus versiones original o de cruceta, impidió un triunfo mayor de la terna que se tuvo que conformar con pasear solo cinco orejas cuando hubo faenas que habrían merecido mayor premio. Al exceso de pinchazos hubo que sumar el problema que supone una plaza sin corrales cuando hay necesidad de ellos durante la lidia, ya sea para una devolución o un posible indulto.

Luis Manuel Terrón se encontró de salida con el hándicap de que su primero se partió el pitón derecho al estrellarse con un burladero. Un astado noble pero muy justo de fuerzas al que pudo enjaretar algún natural suelto de bonita factura. Lástima que no pudiese apretar a su antagonista porque cuando lo intentaba el animal perdía las manos. Mandó callar a la banda para que nada ni nadie le desconcentrase a la hora de resolver la ecuación de alturas que exigía la lidia. No pudo rubricar su labor al atascarse con el estoque de cruceta.

Por detrás echó al de Zalduendo al que saludó meciendo su capote con cadencia y ritmo para rematar con una media, rodilla en tierra. El toreo de Terrón se cimienta especialmente en la mano izquierda, con la que templa y pulsea perfectamente el toreo al natural. Así lo ha demostró de nuevo esta tarde en una faena en que dejó la muleta muerta y con la yema de sus dedos fue tirando de la excelente embestida del astado. Pecó de alargar en demasía su actuación cuando lo bueno si es breve siempre resulta doblemente bueno. Mató de entera tras un pinchazo inicial.

De Zalduendo fue también el segundo de la tarde, primero del lote del local Jesús Díez. Un ejemplar de una clase y un ritmo excepcional, de dulzura extrema y tranco ‘mexicano’. Ya en el inicio de faena de muleta, de rodillas, pudo comprobar que enfrente tenía un novillo de bandera por cómo colocaba la cara.  Lo entendió perfectamente Díez que acarició las dulces embestidas del Zalduendo por uno y otro pitón. Era de esperar que a tan buen ejemplar se le pidiese desde los tendidos el indulto. Así ocurrió y el presidente aguantó el chaparrón demostrando templanza, lo que no demostró luego fue afición al no conceder la vuelta al ruedo póstuma. Incomprensible que tan excepcional novillo no tuviese tan merecido premio.

¡Qué diferente resultó el quinto! En este caso del hierro de Torre de Onofre. Un astado manso y rajado que apretaba para los adentros.  Obligó a Jesús Díez a tener que hacer una faena de mucho tesón, en la que destacó su enorme voluntad y un arrimón de órdago mayor para conseguir llegar a los aficionados.

A Juan Silva ‘Juanito’ le ocurrió en su primero como a Terrón en el suyo. El novillo remató en un burladero y se partió el pitón derecho. En este caso la rotura fue completa. La falta de corrales del novísimo, pero inacabado coso llerenense, obligó a que el utrero de Torre de Onofre tuviese que ser muerto a espada y no conducido por los mansos. Como tercero bis salió otro novillo del hierro luso. Astado de buena condición, pero escaso de fuerzas. Con el que Juanito demostró una gran técnica al tirar con mimo de las embestidas del animal para así conseguir que se mantuviese en pie. Consiguiendo además extraer muletazos de buen trazo en esa labor tan medida. Epilogó la faena por luquesinas.

Al sexto, del hierro de Zalduendo, había que llegarle mucho con la muleta para encelarle. Así lo entendió Juanito y de ese modo consiguió tandas templadas de buen trazo. Las cuales abrochó con sensacionales pases de pecho. El broche a su actuación llevó la firma de una ajustadísimas benardinas.


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Jesús Díez

Luis Manuel Terrón

Juanito

Paseíllo

Luis Manuel Terrón

Luis Manuel Terrón

Jesús Díez Jesús Díez Jesús Díez
Jesús Díez Jesús Díez

Juanito

Juanito Juanito Juanito

Luis Manuel Terrón

Luis Manuel Terrón

Luis Manuel Terrón

Luis Manuel Terrón

Jesús Díez

Juanito

Juanito y Jesús Díez a hombros

OTRAS IMÁGENES (GALLARDO)

El picador luso Joao M Blanco Jesús Díez brindando a una joven La mujer e hija del diestro Manolo Bejarano
Algunos miembros de la Peña Taurina Miguel Angel Silva Con Miguel y Manuel delante de esos apellidos ¡qué terna se formaba! Emotivo brindis de Jesús Díez

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Juanito brinda a Joao Agusto Moura

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