Espejo en el que mirarse. Eso es Talavante para los alumnos de la Escuela Taurina. Aquella en la que no hace tanto tiempo diese sus primeros pasos y aprendiese los rudimentos de una profesión en la ha alcanzado magnificencia. Pero esa grandeza no solo se transmite en el ruedo sino también en los pequeños detalles como invitar año tras año a los niños de la Escuela a tentar en su ganadería, como atestigua esta foto en la que los jóvenes discípulos posan junto al maestro.
La escuela en casa de Talavante