Quizás sea la vez que más ilusionado hayamos visto a Luis Manuel Terrón antes de un festejo. Esa ilusión se traduce en unas tremendas ganas de torear la novillada de Prieto de la Cal en Fuentes de León el próximo sábado. Así lo cuenta el joven novillero higuereño en la siguiente entrevista
Antonio Girol.-
Cuando las oportunidades escasean uno se agarra a un clavo ardiendo si hace falta, aunque esté al rojo vivo. Es el caso de Luis Manuel Terrón, que el próximo sábado hará el paseíllo en Fuentes de León para estoquear una novillada del legendario hierro de Prieto de la Cal. Como todo en la vida, la actitud es la mejor arma para afrontar cualquier vicisitud por difícil y complicada que parezca sobre el papel. En Terrón esa actitud se traduce en una ilusión sin parangón como se puede observar al leerle en esta entrevista en la que rebosa optimismo y ganas de cara al festejo del fin de semana
– Luis Manuel, el próximo sábado te pondrás el traje de luces para actuar en Fuentes de León ante una novillada de Prieto de la Cal, ¿cómo estás viviendo estos días previos?
– Hola Antonio. Si te soy sincero, con ganas de que llegue el día. Lo del hierro que voy a lidiar es lo de menos. Estoy deseando que llegue el sábado y así poder hacer disfrutar a los aficionados con mi toreo.
– Dices que lo del hierro que vas a lidiar es lo de menos pero, ¿qué siente un novillero al que un día le llaman y le dicen que si quiere torear una novillada de un encaste como el de veragua?
– La verdad es que al principio no sabía qué ganadería era la que iba a lidiar en Fuentes de León. Luego, cuando me lo dijeron, lo primero que se te viene a la cabeza es la palabra ¡peligro! (risas) Ahora ya en serio, lo que hice fue preguntar a banderilleros que en años anteriores han toreado reses de esta ganadería. A todos a los que le preguntaba me hablaban muy bien de los Prieto de la Cal. Esta circunstancia hizo que aún tuviese más moral.
– Tu caso es un claro ejemplo de lo difícil que es abrirse camino en la profesión cuando no se cuenta con más ayuda que la que sirve para montar tu muleta, ¿cómo se mentaliza uno para no arrojar la toalla ante tan pocas oportunidades de torear?
– Creo que lo que estamos en mi situación lo más importante que debemos de tener es una mente fuerte. De esa manera te mentalizas para entrenar como si tu temporada fuera similar a los que están en los primeros puestos del escalafón por número de festejos toreados. Y hay que concienciarse de esa manera porque nunca sabes lo que te puede deparar el destino. Así cuando te llegue la oportunidad de torear seguro que triunfas y quién sabe si en esa plaza no hay alguien que te ve, le gustas, y relanzas tu carrera a partir de ese triunfo. Por eso hay que estar preparado física y mentalmente. E ir a la plaza lo más tranquilo que puedas y con las ideas muy claras para que todo salga de la mejor manera posible.
– ¿Con cuántos festejos terminaste el pasado año?
Terminé con nueve festejos toreados. Comencé la temporada abriendo la puerta grande de Olivenza. Aunque por desgracia no me sirviese de mucho a la hora de torear más. Es curioso que el año anterior, el de mi debut, que no salí en hombros todo el mundo me dijo que era una pena porque ese hecho de irme a pie de la plaza me restó para poder sumar más fechas, y justo un año después que sí salí en hombros me valió para lo mismo. Sinceramente esto no hay quien lo entienda…
– ¿Las siguientes fechas dónde fueron?
– Hice el paseíllo en Garlin (Francia) donde quedé encantado con el trato recibido por la afición francesa. También me vestí de luces en una novillada en la plaza de toros de Plasencia de donde salí por la puerta grande. A estas fechas hay que sumar unos cuantos festivales, entre ellos el de mi pueblo (Higuera de Vargas) que fue el último que toreé en 2015
– El actual aún no te has vestido de luces pero sí de corto en Táliga, ¿cómo te sentiste esa tarde?
– Me sentí muy a gusto después de tanto tiempo sin vestirte y sin sentir el calor de la afición. Disfruté mucho esa tarde.
– Llevas todo el invierno encerrado en la finca de Miguel Ángel Perera entrenando con el diestro de Puebla del Prior, ¿qué tal es como maestro? ¿Qué te aporta?
– El maestro es una persona encantadora. Así como toda la familia. Solo con estar cerca de ellos y poder escucharles hablar de toros ya es para mí un privilegio. Simplemente un consejo, una corrección técnica, o cualquier otra cosa que me diga el maestro Perera es un gran aporte para mí. De verdad que nunca podré agradecerles, ni a él ni a Verónica, lo que están haciendo conmigo.
– ¿Has podido ir a la ganadería de Prieto de la Cal para al menos tentar algo de esa sangre antes de estoquear la novillada?
– Hace poco nos llamó el ganadero y nos invitó a tentar a su casa. Fíjate que curioso que vas con la psicosis de que el ganado de esa sangre se va a quedar corto, se va a orientar muy rápido… Bueno, todo lo contrario. Hubo vacas que dieron un juego extraordinario. Allí las tientan de utreras por lo que si los novillos salen así, el lío puede ser tremendo. Ojalá salgan iguales que sus hermanas.
– Todo el mundo habla maravillas del trato que suelen dispensar el ganadero y su madre
– Dicen la verdad. La señora no pudo venir al tentadero pero don Tomás nos trató magníficamente. Salimos de La Ruiza encantados por el juego del ganado y por el cariño y las atenciones que recibimos del ganadero.
– ¿Pudiste ver la novillada en el campo? ¿Qué te ha parecido?
– Sí, la vimos. Es un encierro precioso, muy en el tipo de veragua con sus pelos jaboneros.
– ¿Hay algo en expectativa de cara a después del sábado?
– Bueno, hay algunos festejos que están casi cerrados. Pero como se suele decir hasta que no te veas vestido de luces y de camino a la plaza, nunca se sabe…
– Muchas gracias por atendernos y suerte para el sábado.
– Muchas gracias a vosotros por la labor que hacéis
LA TAUROMAQUIA DE LUIS MANUEL TERRÓN. FOTOS: GALLARDO y CAMPOS |
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