OLIVENZA - 5ª de abono

Zalduendo fiel a su tradición

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Un año más el hierro de la Z vuelve por sus fueros de dar al traste con el festejo en el que se anuncian. Solo las ganas y la garra de López Simón salvó una tarde abocada al desastre por el pésimo juego de los toros cacereños.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros de Zalduendo. Desiguales de presentación y pésimo juego. Todos pitados al arrastre.

ESPADAS:

–  Enrique Ponce (azul rey y oro), silencio y ovación con saludos
José María Manzanares (sangre de toro y oro), silencio y ovación con saludos

López Simón (malva y oro), oreja y oreja

INCIDENCIAS: Casi lleno. Tarde soleada de temperatura algo más agradable que en festejos anteriores

Para muestra este botón en el que se ve a Manzanares macheteando a un Zalduendo (FOTO:Gallardo)

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PATIO DE ARRASTRE (Opinión)

Sixto Naranjo

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Gallardo

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Gallardo

Antonio Girol.-

La feria de Olivenza cumple una serie de máximas que al repetirse con habitual frecuencia las convierten en tradiciones. Una de ellas es que suele llover. Algún año nos libramos, pero son los menos. Otra es que la matinal del domingo suele ser muy triunfal y la corrida vespertina, salvo raras excepciones, bastante menos lucida. Pero la tradición que nunca se rompe es el petardo de Zalduendo cada vez que es anunciada en los carteles.  Por eso no es extraño que algún aficionado con buena memoria, como por ejemplo Alfonso Ibarra, lo recordase a pleno pulmón durante la lidia del quinto.

No les voy a negar que me aburre tener que volver a escribir sobre lo mismo de siempre. Y más aún en una feria en que las novedades han confirmado que es la hora de una nueva ola. A la que se subió el año pasado Alberto López Simón, y no pretende bajarse. ¡Qué soplo de aire fresco han sido sus dos faenas en tarde tan viciada! Verle irse, en su primero, hasta donde había quedado el toro tras el tercio de banderillas sin importarle que fuese en la jurisdicción de chiqueros ha sido la constatación de que por fin ha llegado la hora del relevo. Sobre todo cuando habíamos tenido que soportar momentos antes sendas justificaciones de Ponce y Manzanares ante dos zombis con cuernos.

No le importó al madrileño que segundos antes el toro hubiese apretado en banderillas a Vicente Osuna hasta voltearlo sin consecuencias. Tomó su muleta, se encaminó a toriles y allí le administró dos ayudados por alto. Luego vendría toda una oda a cómo torear dando todas las ventajas posibles a su antagonista. Para así irle ganando la acción y meterlo en el canasto a base de pulsar las embestidas y llevarlo siempre tapado hasta conseguir ligarle los derechazos. Tiene López Simón un concepto que evoca recuerdos de toreros que hace no muchos años llegaron y derribaron la puerta a base de pisar terrenos con aroma a cloroformo. Normal que conecte como conecta con los tendidos, a pesar de tener en frente a un completo marrajo rajado al que hizo bueno.

Al colorado sexto lo saludó con un ramillete de verónicas que fueron recibidas en los tendidos como agua de mayo. Habida cuenta de la sequía de toreo de capa vivida durante toda la tarde. Era este último Zalduendo además de desrazado bastante protestón. Cada vez que sentía cerca el engaño tiraba gañafones, que con temple intentaba corregir el joven torero. A lo que unió que conforme fue avanzando la faena fue recortando en sus embestidas hasta quedarse constantemente en las zapatillas.  Toro con el que hacer un esfuerzo como lo hizo el de Barajas. A base de exponer y meterse en su terreno con mucha verdad en todo momento. Hasta lograr robarle pases.  Mató de entera recibiendo.

Enrique Ponce nada pudo hacer más que justificarse en su primero. Con el otro demostró que entre sus muchos records también debe de ostentar el de pasar más horas delante de la cara de los toros sin exponer más que mucha compostura y poco ajuste. De ahí que ni manche los trajes. Hizo una faena tan larga como aburrida y anodina. O lo que es lo mismo funcionarial. Pero tan señorial en su ejecución que hay quienes incluso al hablar de él le ponen el don por delante.

José María Manzanares es su más digno heredero. Otro que vende perfectamente la mercancía desde la majestuosidad de su porte y el embeleso de su belleza entre las muchas damas que acuden a la plaza a quedar prendadas de su apostura. Con su primero de no haber llevado fijador ni se habría despeinado. Con el quinto intentó justificarse, mas cómo no estaría el respetable de aburrido y harto que atacó la banda con Ópera Flamenca y el propio público mandó callar a la filarmónica. Lo mejor el cañonazo de la espada. Tanto en uno como en otro. Con Curro se decía que solo con verle hacer el paseíllo algunos ya justificaban la entrada, con Josemari las hay que son capaces de pagarla con tal de verle esbozar una sonrisa al saludar una ovación en el tercio. ¡Ay las fans!

PATIO DE ARRASTRE

Sixto Naranjo/Director ‘El Albero’ – COPE

El clavo ardiendo

Alberto López Simón se ha convertido en el ‘clavo ardiendo’ del toreo en los últimos tiempos. Que una tarde no marcha bien, ahí está el madrileño del barrio de Barajas para enderezar su rumbo.

Defraudó, y mucho, la corrida de Zalduendo. Máxime, si por la mañana habíamos visto una corrida tan hechurada y noble como la de Cuvillo. La del hierro de la Z fue todo lo contrario. Toros de desiguales remates y hechuras y todos cortados por el patrón de la falta de raza. Para pensárselo sea quien sea el que lleve las riendas del hierro cacereño en esta nueva etapa.

Por ello, ahí radica el mérito de López Simón en una tarde así. Alberto ha comenzado su temporada tal y como finalizó la anterior. A triunfo por festejo. Si este sábado salía a hombros en Castellón, el domingo hacía lo propio en Olivenza. Desde que subió a la atalaya del triunfo, nadie descabalga a este torero.

Ponce y Manzanares purgaron los pecados de apuntarse a la corrida de Zalduendo. Labor de delineante de ambos diestros, tirando líneas toda la tarde pero sin la menor opción para el lucimiento.

Pero para eso estaba López Simón, para olvidar las penas y brindar por el último triunfo de una Feria que ha echado su cierre



GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO)

Enrique Ponce

Enrique Ponce

Enrique Ponce

Enrique Ponce

Enrique Ponce

Enrique Ponce

José María Manzanares José María Manzanares José María Manzanares
José María Manzanares José María Manzanares

José María Manzanares

López Simón López Simón López Simón
López Simón López Simón López Simón
López Simón


OTRAS IMÁGENES (GALLARDO)

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