Cuando más los necesitas. Cuando te flaquean las fuerzas. Cuando todo parece tambalearse sobre tus pies. Cuando crees que vas a desfallecer. Son esos los momentos en los que la familia se convierte en ese asidero al que uno se agarra para seguir a flote. Si hay un torero que puede dar fe de ello, sin duda es Posada de Maravillas que desde el pasado julio ha necesitado más que nunca de los suyos; y que hoy ha vuelto a ver como los de su sangre le daban ese apoyo tan indispensable en el mismo ruedo de Las Ventas. En la fotografía se puede ver a su tío Antonio y su hermano Santiago que le sostienen tras la tremenda voltereta sufrida dándole el aliento necesario para así volver a la cara del novillo a dejar en lo más alto el apellido que pespuntea sus vidas, el de su dinastía, en definitiva el de su sangre…
