Si no lo estaba de antes, ahora sí que el nombre de Alejandro Talavante ha quedado grabado para la eternidad en la mente de los aficionados de Aguascalientes tras la faena de ayer en la Monumental de la ciudad hidrocálida a un noble astado de la divisa de Hdros de Teófilo Gómez; colaborador de excepción para que la obra de arte que concibieron en el ruedo pase a los anales de la historia de la feria de San Marcos. Patronímico que recibiese el primer asentamiento de españoles en tierras de los chichimecas allá por 1575 y que 440 años más tarde un heredero de conquistadores ha colonizado de nuevo con un compendio de toreo lento y acompasado digno solo de los elegidos para la gloria, como es su caso.
Alejandro Talavante conquista Aguascalientes