Gracias a todos por vuestro granito de arena

El frío propio de estas fechas invernales encontró el calor de las muñecas de los banderilleros que por un día cambiaron su rol en favor de aquellos que necesitan de Cáritas para su día a día. Y el joven Ismael Jiménez, que debutaba en público, terminó por caldear aún más el ambiente.

Antonio Girol.-

En tarde bastante fría que deparó en gélida conforme se fue metiendo la noche se ha celebrado en Mérida el tradicional festival taurino de los banderilleros extremeños. En su décima edición. Para la ocasión, además de los toreros de plata que cambian por un día su rol de gregarios por el de jefes de fila ha hecho también el paseíllo Ismael Jiménez. Jovencísimo becerrista de abolengo taurino en el apellido paterno, que de esta forma se presentaba por primera vez en público. En su caso en clase práctica al final del festejo.

Cuando aún los tibios rayos de sol intentaban dar cierto calor a los espectadores que se habían refugiado a su abrigo en la solanera salieron al ruedo Pedro Gonçalves, Miguel Murillo, Pepe Elbal, Fernando González y Roberto Gallardo, además del mencionado Ismael Jiménez. Acompañados por sus cuadrillas formadas por otros compañeros de galón,  aparte de algunos novilleros o matadores de toros como era el caso de Miguelín Murillo que cambiaba puesto con su padre.

En los chiqueros de la plaza emeritense esperaban para saltar a la arena novillos donados por Luis Terrón, Diego García de la Peña, Conde de la Corte, Jesús Ballesteros (Vistalegre), El Madroñal. Además de un sobrero de Antonio López Gibaja que sería lidiado en sexto lugar y un añojo de La Peregrina, propiedad de Antonio Ferrera, que asistió al festejo como público y fue invitado por el luso Gonçalves a colocar un par de banderillas en el primero de la tarde.

Lo más importante, independientemente del resultado artístico, ha resultado ser el ánimo de agradar de todos cuanto se han puesto la calzona para este evento. El cual no hay que olvidar que tenía un fin totalmente benéfico a favor de Cáritas Arciprestal de Mérida.

Ha sido por tanto un festival con muchos matices para el recuerdo. Especialmente los vividos en su epílogo. Cuando el joven becerrista Ismael Jiménez, que ayer cumplía 14 años (edad reglamentaria para poder actuar en público), se abrió de capote e instrumentó unas verónicas preñadas de arrebato que conjugaban perfectamente con el brío que traía el de La Peregrina.

De repente, espantado por roncos olés, el frío agitó sus alas y se fue volando hasta asentar sus gélidas patas en el alero del tejadillo de la plaza. Y ya no tuvo redaños a volver a posarse en los aficionados que sonrientes cantaban la faena al ritmo de exclamaciones y bienes arrastrando mucho la ene que la banda acompañaba con los sones de un pasodoble torero. Desperezando así las notas que durante la tarde habían permanecido casi olvidadas en su palco de la música en detrimento de los jipíos del cante flamenco.

Con todos los intervinientes saludando, como si se tratase de aquellos carruseles que décadas atrás hicieron las delicias de nuestros mayores, se despedía una temporada 2014 que en el entusiasmo torero de un chaval de 14 años invita a la esperanza de que sea un soplo de aire fresco en la campaña venidera. Y así de paso, algunos aficionados, entre los que me incluyo, encontremos ilusiones renovadas con las que enfrentar ese férreo escalafón que tarde tras tarde engarza los mismos nombres provocando idéntica seducción a la de un funcionario que se pasa su jornada poniendo sellos.

IMÁGENES DEL FESTIVAL DE BANDERILLEROS. FOTOS: J.Mª BALLESTER
DEBUT EN CLASE PRÁCTICA DE ISMAEL JIMÉNEZ. FOTOS: J.Mª BALLESTER
OTRAS IMÁGENES. FOTOS: J.Mª BALLESTER