BALANCE de la jornada

Miguel Ángel Perera toca pelo y a Alejandro Talavante se lo toman

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Miguel Ángel Perera mostrando la oreja del primer toro de su lote.(FOTO:Cabrera/Burladero.com)
Miguel Ángel Perera mostrando la oreja del primer toro de su lote.(FOTO:Cabrera/Burladero.com)

En un festejo que tuvo dos partes diferenciadas por el juego de los toros, Miguel Ángel Perera cortó una oreja,  y si en el palco hubiese habido justicia debería haber corrido idéntica suerte Alejandro Talavante, al que negaron un trofeo que se había ganado en buena lid en la arena.

Redacción.-

El balance de las actuaciones de toreros pacenses que han realizado el paseíllo hoy, lunes 17 de mayo, ha sido el siguiente:

CORRIDA DE TOROS.

  • Las Ventas (Madrid): 14ª de San Isidro. Casi Lleno. Un toro para rejones de Luis Terrón (despuntado) manejable. Seis de Núñez del Cuvillo para lidia a pie, bien presentados. Curro Díaz, que sustituía a Manzanares, silencio en ambos. Miguel Ángel Perera, oreja y silencio. Alejandro Talavante, saludos tras petición y silencio.

Según crónica de burladero.com sobre la actuación de Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante esta tarde en la decimocuarta de abono de la Feria de San Isidro: «Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante estuvieron apostados en el andén esperando a que algún toro de Cuvillo rompiese de verdad. Los primeros de sus lotes apuntaron, dejaron atisbar tímidamente, pero les faltó el final de muletazo sin el cabezazo y la cara suelta y un poco más de duración…Perera sorteó en su primer turno un toro noble. Justito en los primeros tercios pero que se dejó hacer y llevar en la muleta. Con el defecto de quedarse un pelín al final de los muletazos. Perera lo resolvió amarrando mucho las series en redondo. Provocando al final del muletazo para pegar el siguiente, en un carrusel en redondo en el que no le dejó respiro. Quiso Perera, cuya actitud fue un abismo a la vista en Sevilla. Quiso en un quite por chicuelinas y se fue a los medios para iniciar con el pase cambiado. Galopó el toro de inicio y salió la cosa limpia, al igual que una primera serie que calentó la plaza, en redondo, por abajo y muy tapado. Por el izquierdo el viento comenzó a soplar sobremanera. Varias veces le enganchó el toro y no hubo limpieza. Fue faena más de actitud que de resultados. Con el toro amagando con quedarse al natural, llegó una voltereta fortísima, en la que el animal buscó incluso en el suelo con saña. Repuesto, se metió entre los pitones para amarrar la oreja. Una estocada, algo trasera, y petición. Un trofeo. Sin más. De público. El quinto de Perera no se tenía en pie y Miguel Ángel trató de mantenerlo en vilo entre protestas del público. Al final, la paciencia tuvo su recompensa en dos series de buen aire, pero la cosa estaba torcida con las numerosas caídas del animal y no lo había calentado antes.

Otro pudo y debió cortar Talavante del tercero, pero Julio Martínez hizo de las suyas. O sea, cagarla. Hubo petición y, sobre todo, buen toreo al natural con un ejemplar con la cara muy suelta, que bien es cierto que quiso tomar los engaños pero al que hubo que tocar mucho. Talavante salió con ganas. En el toro de Perera se echó el capote a la espalda y en el suyo comenzó por estatuarios aguantando mucho al de Cuvillo. Después, con la zurda llegaron dos series de mucha importancia, de las mejores de la feria. Llevándolo muy largo, por abajo y metido en la tela. Pese al viento y pese a todo. Entró Madrid en la faena, que aunque bajó un punto por el pitón derecho entre enganchones y protestas del toro, Talavante tuvo la virtud de medir. Otra serie al natural, el cierre por manoletinas y a matar. La ovación fue fortísima, y ahí se acabó la tarde. El sexto, un chotuno sin remate y sin nada más que cuernos, tampoco estuvo sobrado de nada. Manseando de inicio, y yéndose del caballo, a los terrenos se sol se marchó el Cuvillo. Y allí Talavante lo fue sobando poco a poco hasta meterlo en el canasto en dos series al natural en las que el público respondió».