La seriedad de sus rostros muestra a las claras que la cita es de máxima responsabilidad. Es la tarde más importante. En la plaza donde más presión se vive. Por eso la cuadrilla de Posada de Maravillas parece arropar a su torero justo cuando se acerca el momento de liarse los capotes y cruzar el ruedo. Seriedad y concentración en los que visten la seda; más relajados, aunque la procesión vaya por dentro, en quienes acompañan. Es la hora…
Posada de M. y su equipo en Las Ventas