Gran dimensión de Ginés Marín que corta cuatro orejas en la mañana de su debut con picadores. El otro debutante, Luis Manuel Terrón, también deja destellos de su toreo y la espada le priva de salir en hombros. Posada de Maravillas borda el toreo al natural.
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Antonio Girol.-
Olivenza tiene torero y se llama Ginés Marín. Lo mismo podría decirse de Villanueva del Fresno. Porque con el neófito novillero con caballos va a ocurrir aquello de que van a querer apropiarse el paisanaje tanto uno como otro municipio. Normal por otro lado viendo la dimensión y el futuro que le espera. Todo sea que no quieran también por Cádiz hacerle hijo predilecto de su afición taurina, dada la parte de sangre gaditana que corre por sus venas.
Con idéntica elegancia a la de su vestido verde botella y oro ha dejado una impronta de torero dotado de una innata inteligencia. Y eso no se aprende o se copia, sino que se posee. Y Ginés la tiene, como lo demostró el año pasado erigiéndose en el alumno más destacado de la Escuela de Badajoz en su primer año de becerrista. Algo al alcance de unos pocos privilegiados. A sus dos novillos los ha entendido perfectamente. Al primero, con genio y protestón desde que salió por chiqueros y casi le atropella al recibirlo a portagayola, le aguantó estoicamente sin mover los pies en una serie de estatuarios en los medios. De esos que cortan la respiración del respetable. Además de la quietud ha demostrado tener un dominio perfecto de los terrenos y las distancias.
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Impecablemente colocado ligaba los pases sin necesidad de tener que corregir la posición en ningún momento. Consiguiendo a su vez que a base de firmeza el animal fuese cambiando el genio inicial por codicia.
Tras unas benardinas de mucha exposición agarró una estocada entera que mandó al novillo al desolladero sin las dos orejas que paseó entre aclamaciones.
Al sexto lo recibió con una larga cambiada en el tercio a la que siguieron un ramillete de cadenciosas verónicas. Si el anterior había tenido genio este otro ejemplar, que había apretado en banderillas a Pedro Vicente Roldán propiciando un oportuno quite de Fernando González, puso el freno muy pronto echando las manos por delante en las parcas arrancadas, provocando de esta forma que en alguna ocasión le pisase los vuelos de la muleta al querer torearle muy despacio.
A base de marcarle los tiempos y muñequear perfectamente logró sacarle algunas tandas largas. Pocas porque era más novillo de tener que montarse en él y así lo hizo Ginés que acabó metiéndose en su terreno.
El epílogo por naturales a pies juntos fue la guinda a una faena en la que demostró que la cabeza le funciona a las mil maravillas. Mató de estocada entera y otro par de apéndices fueron a parar a sus manos.
Si decía al principio que Olivenza, Villanueva del Fresno e incluso las tierras de Cádiz podían apropiarse el orgullo de tener un torero, no menos orgullosos deben sentirse los aficionados de Higuera de Vargas con Luis Manuel Terrón. Como lo estará su tío Luis que desde un palco del cielo lo ha visto hoy debutar en el coso oliventino firmando una excelente faena que solo emborronó la rúbrica de la espada.
Ocurrió en el segundo. Un novillo de seda. Bueno. Repetidor. Con la virtud de humillar y colocar perfectamente la cara. De esos astados tan excelentes que terminan exigiendo tanto o más que los complicados porque provocan que se vean las costuras a aquellos que no logran entenderlos. No ha sido el caso de Terrón. El higuereño le cogió perfectamente el ritmo ya de salida con el capote, con mucha cadencia. Toda su actuación ha tenido el denominador común de la suavidad, que era la que demandaba tan buen utrero. |
Sin pegar ningún tiró, solo acariciándole con la muleta cogida con la yema de los dedos fue desgranando redondos y naturales, en los que se le notó relajado y gustándose. En definitiva, disfrutando. Lástima que la espada y posteriormente el verduguillo se le encasquillasen porque era faena de doble premio que tuvo que cambiar por vuelta al ruedo.
Variado resultó el saludo capotero al quinto. Un utrero que apretó en el peto y fue bien sujeto por José Antonio Escobar, que escuchó palmas cuando se retiraba al patio de caballos. ‘El Fini’ y ‘El Pilo’ saludaron en banderillas, tras sendos pares. Con determinación se marchó al centro del platillo para dar comienzo al último tercio con el pase cambiado por la espalda. Tuvo que emplearse a fondo porque el novillo era exigente y pedía firmeza. Terminó metido entre los pitones en un arrimón que permutase el toreo que de verdad le hubiese gustado llevar a cabo y que había puesto en práctica en su primero.
En esta ocasión sí dejó enterrada la espada al primer intento y le fue concedida una oreja que paseó como recompensa al esfuerzo.
Posada de Maravillas volvía a la plaza que le encumbró el pasado ejercicio. Y volvía con novillos de El Freixo. Pero en esta ocasión no hubo ‘Corremantas’ en su lote. Aun así a su primero le instrumentó unas series de naturales de relumbrón.La manera en que se encaja y cómo muñequea haciendo volar los vuelos es de una categoría excelsa. Como hemos podido comprobar nuevamente esta mañana. No solo con la zocata, también con la diestra, con cuya mano comenzó la faena sin que terminase de cogerle el ritmo a la embestida del burel y a la que volvió después de la sinfonía de naturales para, ahora sí, conseguir series de redondos ligados y rítmicos. Lástima que enhebrase la espada antes de dejar una estocada entera, impidiendo con ello que el trofeo se quedase en la pieza menor de una ovación con saludos. |
Su segundo no tenía ni medio pase. Sin entrega ni celo no permitía lucimiento alguno. Sin embargo, y a pesar de ser tan a contra estilo, el novillero badajocense hizo el esfuerzo de intentarlo por uno y otro pitón, sin conseguir transmitir ninguna sensación de pellizco en los tendidos. Como por otro lado era de esperar con un astado tan falto de raza. Lo más destacable llegaría cuando enfrontilado, a pies juntos, epilogó con un manojo de naturales. Pasearía una oreja tras ver como despedían al de ‘El Freixo’ con pitos.
PATIO DE ARRASTRE |
Sixto Naranjo/Director ‘El Albero’ – COPE
Otra matinal reveladora
Las novilladas matinales de Olivenza llevan camino de convertirse en festejos capaces de lanzar futuras figuras. Este año ha sido turno de Ginés Marín, novillero de Olivenza que ha salido lanzado tras una mañana reveladora.
Reveladora por su novedad, reveladora por dar a conocer un estilo que le define. Valor en el corazón y el toreo en la cabeza. Ginés ha sabido encauzar su valentía para torear. Algo difícil de conjugar.
La cantera extremeña ha ofrecido su mejor versión en esta feria de Olivenza. Los Garrido, Tulio, Posada, Ginés y Terrón son ejemplos de novilleros con proyección y futuro. Cada uno con su estilo y personalidad. Cada uno, una figura en potencia. ¿Quién llegará a ello?
GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO) |
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GALERÍA DE CUADRILLAS (GALLARDO) |
OTRAS IMÁGENES (GALLARDO) |
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