FREGENAL - Novillada de feria

El reconocimiento a la realidad

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El pueblo de Fregenal y aledaños disfrutaron del germen del toreo con Juan García, David Bolsico y Ginés Marín que salieron a hombros del coso acompañados del mayoral de ‘El Trébol’, tras faenas en las que dejaron gran maestría y los animales respondieron en conjunto.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado erales de ‘El Trébol’, de correcta presentación y buen juego, especialmente 4º y 5º, éste último fue premiado con la vuelta al ruedo. Se lidió el sobrero tras inutilizarse durante la lidia el sexto.

ESPADAS:
– Juan García (celeste y azabache), oreja y dos orejas.
– David Bolsico (espuma de mar y oro) oreja y dos orejas y rabo.
– Ginés Marín (rosa palo y oro), dos orejas y dos orejas.

INCIDENCIAS: Media plaza en tarde de nubes y claros.


La coqueta plaza frexnense volvió a vivir la magia del toreo. (Foto correspondiente al año anterior))

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José Luis Venegas Regajo.-

¡Al fin! Se hizo justicia en un coso que merecía una tarde como la vivida en este San Mateo, tras un camino tortuoso en el que no se alcanzaba ver un pródigo final. Pero… ¡de qué forma ocurrió!, con una lección ejemplarizante de tres novilleros, como son Juan García, David Bolsico y Ginés Marín, acompañados de sus cuadrillas, y esencialmente el tesón de la empresa Toros Quintana, con la colaboración del Ayuntamiento de Fregenal, todo con miras a una novillada sin picadores que ha hecho las delicias del numeroso público.

En un marco incomparable y una terna de empuje e ilusión, el aderezo lo ponían los erales de ‘El Trébol’ para un festejo que empezó un tanto titubeante de la mano del novillero local Juan García, pero que con el ánimo del novillero de Higuera David Bolsico, con un quite por gaoneras, cambió las sensaciones y todo fue a mejor con un entendimiento claro de los ritmos y marcando el tempo, para concluir con una estocada un poco caída y el premio del respetable.

Precisamente, el novillero frexnense levantó los tendidos en su segundo, al que cortó dos orejas tras brindar al ganadero José María Marrón y el matador Antonio Muñoz, en una faena que empezó muy bien con rodilla en tierra, dejó dos derechazos de trazo fino y alargado, a los que sumó dos manoletinas ejecutadas con buen cruce, para un reconocimiento de valor en su coso.

La tarde dejó grandes destellos de la mano de David Bolsico, excelente a la verónica, sumado a las ajustadas chicuelinas como respuesta al quite de Ginés Marín y no menos brillante fue el inicio por estatuarios y un toreo limpio con la tela, sacando todo lo que pudo de su primero, que remató con manoletinas y consiguió una merecida oreja.

No obstante, alcanzó la gloria en su segundo, en el que dio lecciones al natural, al tiempo que estuvo magistral con la derecha, dándole tiempo al animal, y gustándose con el toreo en circular, añadiendo al repertorio sus manoletinas, para culminar con un desplante de rodillas. En definitiva, dos orejas y un rabo y la vuelta al ruedo al animal de la ganadería de Francisco Rivera Ordóñez, representada por el mayoral Luis Martínez Rodríguez.

Pero si la novillada ya merecía mucho la pena por estos dos grandes, el mejor y más brillante remate para el cartel era tener al triunfador de los ciclos de novilladas de Andalucía y Extremadura, además de ganador de numerosos certámenes en esta temporada, como es Ginés Marín, quien dejó muestras excelentes con el capote llevando con maestría a los medios a su primero en suerte, que quitó Juan García pasándose al eral muy pegado y destacando un afarolado, mientras que con la tela se lució con pases con ambas rodillas en tierra y lo mató recibiendo. La faena fue premiada con dos orejas.

«…este coso no merece tropelías, y estos tres novilleros pacenses borraron cualquier atisbo de fantasma que se ciñera sobre el municipio…»


 

Para cerrar la tarde, no sin antes tener que matar al sexto tras autorizarlo la Presidencia debido a que la res se había roto el pitón derecho, el novillero en auge puso empeño en el sobrero, del que poco pudo sacar, pero él lo dio todo, especialmente en circulares acompañados de desplantes en los que dejó sus muslos entre los pitones y en uno de ellos acabó tirando la muleta. Remató con estocada entera, bien puesta, y cortó dos orejas.

¡Al fin! Las horas de despacho tuvieron sus resultados en estas más de dos horas en las que los vecinos de Fregenal recibieron el apoyo de los paisanos de los pueblos cercanos, que demostraron que este coso no merece tropelías, y estos tres novilleros pacenses borraron cualquier atisbo de fantasma que se ciñera sobre el municipio para dejar alto y claro que este pueblo, como cualquier otro de nuestra tierra, es digno de la fiesta del toreo.