BALANCE de la jornada

Perera, paliza y premio en San Sebastián

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Miguel Ángel Perera sigue sumando fechas en su particular temporada. Y sigue sumando orejas, como la que ha cortado hoy en San Sebastián, de un toro de Zalduendo que le propinó una tremenda paliza en el primer tercio.

Redacción.-

El balance de las actuaciones de toreros pacenses que han realizado el paseíllo hoy, jueves 19 de agosto, ha sido el siguiente:

CORRIDAS DE TOROS.

  • San Sebastián: 5ª de la Semana Grande. Dos tercios de entrada. Toros de Zalduendo, desiguales y justos de presencia los tres primeros. Morante de la Puebla, silencio en ambos. Miguel Ángel Perera, oreja y saludos tras dos avisos. Rubén Pinar, que sustituye a Cayetano, saludos y saludos tras aviso.

Según crónica de los compañeros de burladero.com sobre la actuación de Miguel Ángel Perera esta tarde en San Sebastián, «Hasta el momento del percance, había sido un animal que no se había entregado en el capote y que cuando quiso dejarlo en suerte, perdió el pie el torero en la cara y sufrió fuerte paliza. Perera cayó inerte, quejándose ostensiblemente de la cadera, aunque tras un tiempo de recuperación volvió a la cara para continuar con la lidia. Después, el toro llegó a la muleta con movilidad de largo pero sin querer entregarse. Lo hizo cuando Perera, que comenzó con varios cambiados por la espalda en los medios, lo reventó por abajo en dos series muy importantes sobre la mano diestra, cosidas y templadas. A partir de ahí el toro empezó a defenderse, a quedarse debajo y a no querer embestir. El fondo había sido un espejismo. Perera, que hizo un esfuerzo titánico aguantando en la cara, le buscó las vueltas antes de matar de una estocada trasera en la que el de Zalduendo estuvo a punto de hacer presa en el muslo. Oreja justa».

«En el quinto se arrancó la banda con una especie de marcha procesional. Sería cosa de la cansina embestida del de Zalduendo, que llegó sin querer embestir a la muleta, lo hizo en un par de series muy buenas y después se vino abajo y fue al paso. Perera cuajó una importante faena, en la que el temple, el toque y la despaciosidad fueron su argumento. Por las dos manos consiguió momentos de importancia el extremeño, que lo llevó muy largo y terminó exprimiéndolo montándose encima en terrenos de cercanías. Sin embargo, un pinchazo y media espada le impidieron tocar pelo. La ovación fue rotunda».