«…Las de tela de capote gustan mucho. Piden que se las borde con una cabeza de toro, como estas que ves aquí, o con su nombre o un hierro bordado, pero las que más tirón tienen son las de la bandera de España. La gente te dice: yo soy español y quiero una mascarilla con mi bandera…»
Antonio Girol
Las manos de sastres y bordadoras han pespunteado de arte la historia del toreo a lo largo de su historia. Sin ellos, nada hubiese sido igual. A los triunfos les hubiese faltado brillo. Por eso, para triunfar ante el más complicado y bronco de los virus, se hacía necesario hacerlo con bordado de oro y percal. Las telas de los valientes. De quienes enfrentan a diario el miedo con arte.
El sastre pacense Paco Méndez en aquellos primeros días de confinamiento, en que toda la sociedad se arremangó para ayudar en lo que buenamente pudo, no dudó en poner en marcha las máquinas que tiene en su taller de Talavera la Real para echar un capote, nunca mejor dicho.
Tocaba ayudar y lo hizo, a sabiendas de que su negocio, la sastrería taurina, iba a sufrir los estragos del coronavirus como ningún otro. Las plazas iban a estar durante muchos meses clausuradas. Y sin toros no hay trajes de torear, ni capotes ni muletas. Pero no le importó lo más mínimo porque si de algo se siente orgulloso el toreo es de su solidaridad. Demostrada una y mil veces cuando más se ha necesitado un hombro.
– Paco, ¿cómo surgió la idea de poner en marcha las máquinas para retomar la costura y en lugar de bordar esclavinas hacerlo en mascarillas?
– Al principio de la pandemia raro era el día en que no oías o leías noticias de que el personal que estaba enfrentándose cara a cara con el virus tenía carencia de material. Por eso, como tenía buenas telas en mi taller, puse mis máquinas al servicio de esa parte de la sociedad que más lo necesitaba en ese momento por la situación que se estaba viviendo y entendí que tenía que arrimar el hombro y aportar mi pequeño granito de arena.
– ¿Cuántas hiciste en esa primera tanda?
– Sobre unas quinientas que doné a sanitarios y policías.
– Se puede decir que las necesidades del personal sanitario y policial en parte se cubrieron, sin embargo las tuyas debieron aflorar en esos meses en que las peticiones de capotes y muletas sufrió un frenazo, ¿no?
– Efectivamente. Como la necesidad apretaba empecé haciendo unas así bordaditas que subí a las redes sociales y comenzó a moverse la cosa, pero fue más por necesidad de generar economía para mi taller que como idea de negocio.
– Tú sabías cortar trajes de luces, avíos de torear…, pero mascarillas era algo nuevo, ¿cómo aprendiste?
– Las primeras que hice las saqué de un tutorial de YouTube, pero luego hablé con una amiga mía diseñadora – Maya Hansen – con la que he hecho algunas colaboraciones, y me mandó un patrón muy bonito que tenía y sobre ese modelo empecé a trabajar.
– Ese trabajo encontró eco en las redes sociales y comenzaron a llegarte peticiones
– Yo no soy muy de redes sociales, en lo que se refiere a poner muchas fotos, que a lo mejor debería subir más para hacerme más promoción. Sobre todo ha funcionado muy bien el boca a boca de la gente que las ha comprado, esa es la mejor publicidad posible.
– Como la gente va a ver esta entrevista y seguro que a muchos les van a entrar ganas de tener su mascarilla taurina personalizada, ¿de qué manera deben ponerse en contacto contigo para hacer sus pedidos?
– A través de mi Instagram (@sastreriapacomendez). También visitando https://mascarillastaurinas.es o si lo lo prefieren en el teléfono 0034 622218979. Por cualquiera de esos medios pueden ponerse en contacto con nosotros.
– ¿Cómo ha sido la acogida?
– Han gustado mucho. Además las hago personalizadas y de esa manera ya que tienes que llevar algo en la cara, la llevas a tu gusto.
– De todas estas que vemos por aquí, ¿cuáles son las que están teniendo mejor salida?
– Las de tela de capote gustan mucho. Piden que se las borde con una cabeza de toro, como estas que ves aquí, o con su nombre o un hierro bordado, pero las que más tirón tienen son las de la bandera de España. La gente te dice: yo soy español y quiero una mascarilla con mi bandera. Incluso hay quien me la ha pedido entera de la bandera de España.
– Paco, imagino que hace un año, tal día como hoy, 7 de junio, con la temporada en plena ebullición de cara al verano, este taller estaría a todo tren confeccionando ropa y avíos de torear, y sin embargo si no fuese por esta idea de las mascarillas sus puertas estarían cerradas.
– Así es. Hace un año por estas fechas estábamos trabajando un mínimo de catorce horas diarias haciendo capotes y muletas. Una locura. Y ahora mismo, gracias a las mascarillas, al menos puedo decir que cubro unos mínimos para mantenerme.
– Desde que comenzó todo esto y hasta la fecha de hoy, ¿qué ayudas has tenido?
– Más allá de los dos últimos autónomo que no nos han cobrado y la ayuda de los seiscientos y pico de euros que dieron al principio, no he recibido nada más.
– Expectativas sombrías.
– Si no se torea no se gastan ni capotes ni muletas, ni nada. Lo comprendo y es lógico. Lo único que espero es que esto se supere pronto. No solo por mí sino por el bien general de todos los sectores, no solo el taurino, y la gente pueda de nuevo tener trabajo con el que poder afrontar sus vidas.
Que así sea. Suerte y enhorabuena por tu iniciativa.
PACO MÉNDEZ CON SUS MASCARILLAS TORERAS- FOTOS: F.L.