Carlos Domínguez hace un alto en su entrenamiento de cara al debut con picadores que tendrá lugar en Olivenza el próximo sábado para atendernos y contarnos cómo están siendo estos días previos en los que se mezclan la ilusión y la responsabilidad a partes iguales.
Antonio Girol.-
Después de un año sin que hubiera alumno debutante en la feria de Olivenza, el próximo sábado un nuevo novillero pacense tomará antigüedad en el escalafón de novilleros con caballos. Carlos Domínguez será el encargado de retomar la senda de nombres de alumnos de la Escuela Taurina de Badajoz que hoy copan los carteles de las principales ferias. Como es habitual en esta casa cuando se produce una presentación con picadores hemos querido testar la opinión del debutante. Estas son sus impresiones cuando faltan escasos días para la cita.
– Carlos, ¿cómo están siendo estos días previos a tu debut con picadores?
-Intento estar tranquilo, muy mentalizado y entrenando diariamente para que ese día tan soñado salgan las cosas bien.
– ¿En qué está consistiendo esa preparación? Tanto física como mentalmente.
-La verdad que la preparación ha sido muy intensa. Llevo varios meses entrenando y preparándome tanto física como artísticamente, que bajo mi punto de vista es imprescindible en la preparación de un torero. También he tenido la suerte de prepararme en el campo, tanto en tentaderos como con novillos a puerta cerrada. Desde aquí quiero agradecer a todos los ganaderos que me han abierto las puertas de sus casas y me han tratado tan bien, a varios amigos que ahora son novilleros con picadores y matadores de toros que me han llevado al campo y me han apoyado mucho moralmente acompañándome estos últimos días que han sido muy especiales para mí; y como no a la Escuela Taurina de Badajoz a la que le estoy eternamente agradecido.
– ¿Que el debut sea en Olivenza supone un plus adicional de responsabilidad?
-Por supuesto, es una feria de mucha importancia y muy consolidada para aficionados y profesionales. Triunfar ese día puede abrirme muchas puertas y eso hace que la responsabilidad sea mayor.
– Cuando el sábado se abra la puerta de cuadrillas y suene el clarín, ¿en quién o en qué crees que vas a pensar?
-Intentaré pensar en todas aquellas personas que han estado desde que empecé y sobre todo disfrutar al máximo y pensar que es un día especial que recordaré toda la vida.
– La novillada se anuncia como concurso de ganaderías. Habrá astados de seis hierros distintos todos ellos de la tierra, ¿te quedas con alguno en especial o te gustan los seis
-A priori todas las ganaderías son de garantía. Los pocos novillos que he visto me han gustado mucho y tiene hechuras para embestir por lo que me es indiferente cualquiera de ellas.
– Tú te apuntaste muy jovencito a la escuela, te recuerdo siendo prácticamente un niño, ¿con qué edad te inscribiste?
-Empecé en la escuela con tan solo nueve años. Recuerdo que cuando entré iba a jugar al toro y no me lo tomaba como una profesión, pero a medida que iba pasando el tiempo me di cuenta de que el toro era mi vida y era a lo que verdaderamente me quería dedicar.
– ¿Cómo han sido todos estos años allí? ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por la escuela que ahora vas a abandonar?
-Los recuerdos son imborrables. He vivido muy buenos momentos y experiencias increíbles. Las vivencias con los compañeros han sido unos de los mejores recuerdos, ya que me llevo mucho y muy buenos amigos. Los años han sido duros, ya que la exigencia en ella era muy alta pero que a la vez se veía recompensada. También me voy a llevar muy buenos recuerdos de los maestros, que me han tratado como a sus propios hijos y su trato ha sido inmejorable abriéndome las puertas de sus casas y enseñándome todo lo que saben tanto profesional como personalmente.
– En todos estos años en que has estado en la escuela has coincidido de una u otra manera con compañeros que ahora son toreros, en algunos casos prácticamente figuras, muchos de ellos debutaron como tú en Olivenza. ¿Qué has aprendido de ellos viendo su trayectoria?
-He aprendido mucho. Recuerdo muchos debut en esa plaza, y casi todos han salido lanzados de ese día por lo que me tiene que servir para exigirme aun más. Como bien dije antes, muchos de ellos me han ayudado en todo lo que han podido y he vivido muchos de esos debut muy cerca por lo que me he dado cuenta de la importancia que tiene.
– ¿Con qué tarde, o tardes en plural, te quedas de las que hasta ahora has vivido en tu trayectoria sin caballos?
-Hay muchas, pero obviamente hay algunas especiales. Recuerdo una novillada en la feria de Córdoba, en 2017, que fue el primer año de novillero sin picadores, en la que quedé triunfador y disfruté el rugir de una plaza de Primera. También este año pasado pisé la plaza de La Malagueta, donde corté dos orejas. Otro de los días especiales fue en Villafranca de los Barros, una noche de agosto donde corté cuatro orejas y resulté triunfador del Certamen de Canal Extremadura. El Hoyo de Pinares también ha sido una plaza clave, donde corté dos orejas y quede triunfador de la Piña de Oro.
– ¿Y cuál borrarías si pudieses volver atrás?
-Ninguna, todas me han servido. Unas para bien y otras para darme cuenta de fallos que hay que corregir.
– ¿Estrenas traje para la ocasión?
-No. Para ese día utilizaré un traje especial que me ha acompañado durante mi etapa de novillero sin picadores de color corinto y oro y que además ya ha sido usado en la plaza de Olivenza.
– ¿Tienes a alguien que te vaya a ayudar a partir de ahora? Me refiero a apoderamiento.
-No, las cosas están muy difíciles. Ese día me tiene que servir para que alguien se fije en mí y así puedan salir cosas poco a poco.
– ¿Da vértigo pensar en el día después del debut con lo complicado que está la situación para los novilleros dado el escaso número de festejos que se anuncian?
-Desgraciadamente sí, hoy solo tengo una novillada más. Quedar triunfador de la novillada de San Juan en 2018 me ha servido para poder estar anunciado en la prestigiosa feria de Aguascalientes (México) en la que haré el paseíllo el 14 de abril.
– Suerte, Carlos. Tanto para el día 9 de marzo como para lo que venga después-
-Muchísimas gracias.
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