ZAFRA - Primera de feria

Para el recuerdo

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Miguel Ángel Silva, en el día de su alternativa, y Ginés Marín salieron a hombros de la plaza de Zafra aclamados al grito de «torero, torero» tras haber hecho disfrutar a los aficionados de una memorable tarde de toros en la que solo el mal juego del sobrero de Zalduendo impidió que Morante les acompañase en la salida.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros (por este orden) de Zalduendo, El Vellosino, Victoriano del Río, Núñez del Cuvillo (devuelto), Zalduendo (sobrero), Fuente Ymbro y Cayetano Muñoz, desiguales de juego y presentación (algunos muy terciados). Destacando en buenos: el 3º (Victoriano del Río), palmas al arrastre; y el 6º (Cayetano Muñoz) bien presentado y de excelente juego premiado con ovación al arrastre.
 
TOREROS:
–  Morante de la Puebla (azul cielo y azabache), oreja y silencio.
Ginés Marín (purísima y oro), dos orejas y dos orejas.

– Miguel Ángel Silva (obispo y oro), oreja y oreja.

INCIDENCIAS: Casi lleno en  tarde de temperatura calurosa. Miguel Ángel Silva tomó galón de matador con Recovero, nº 79, de Zalduendo. Jesús Díez ‘Fini’ saludó montera en mano tras banderillar al 5º. Fueron aplaudidos los picadores Guillermo Marín y Antonio Lavado en los toros 5º y 6º
 

Morante intercambia los trastos con Miguel Ángel Silva (FOTO:Gallardo)

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PALMAS Y PITOS (Opinión)

Antonio Girol

GALERÍA GRÁFICA

Gallardo

OTRAS IMÁGENES

Gallardo

 

Antonio Girol.-

El reloj de la plaza marcaba las cinco y cuarenta y seis minutos de la tarde cuando Miguel Ángel Silva, de manos de Morante de la Puebla, ingresaba en el escalafón de matadores de toros, al cederle su padrino estoque y muleta para que lidiase a Recovero, del hierro de Zalduendo, marcado a fuego con el número 79 y de pelo negro. Un toro que brindó a su padre, fundiéndose ambos en un emocionado abrazo.

Comenzó Silva el trasteo sacando al astado al tercio por ayudados que remató guapamente. Se quedaba corto el de Zalduendo por el derecho, de ahí que, tras probarlo, se echase la pañosa a la zurda y con esa mano enjaretase una serie de naturales que hicieron que la música arrancase con Manolete, que sonó con la majestuosidad propia de sus notas para adornar la faena del joven toricantano. El cual volvió a la diestra, y a pesar de la tendencia del animal de puntear las telas, logró una tanda ligada que fue jaleada por el respetable. Poco le duró la gasolina al burel, obligando a Silva a tener que recurrir al toreo de cercanías con el que abrochó una faena muy bien medida en los tiempos. Se perfiló para matar y, ¡lo que es el destino!, sufrió un pitonazo seco en la ingle derecha que le destrozó la flamante taleguilla. Justo en el sitio en el que justamente cuatro años atrás un eral de Rodríguez Montesinos le tuvo al borde del drama. Repuesto del golpe volvió a entrar a matar y ahora sí cobró la estocada que le pasaportó la primera oreja como matador de toros.

Precioso de lámina y hechuras, bravo, con ritmo y mucho motor, el jabonero de Cayetano Muñoz fue saludado por Silva con cadencia a la verónica. Tras un gran puyazo de Antonio Lavado, le hizo un quite por chicuelinas. Pedía el astado distancias para desarrollar galopando su bravura. Así lo entendió el matador de Zafra que le dio los metros necesarios para mostrarlo al respetable. Y de esa manera le corrió bien la mano por ambos pitones. Se rebosaba Pajarito, que así se llamaba el toro, en los vuelos de la muleta repitiendo sin cesar, con codicia. O lo que es lo mismo, siendo exigente. De ahí que no perdonase ningún fallo a la hora de instrumentar los pases. Muy firme en todo momento, Silva supo resolver la ecuación de bravura y nobleza que planteaba su antagonista. Lástima que errase a la primera con el acero porque de lo contrario habría paseado premio mayor al apéndice que le fue concedido.

Aunque el protagonismo de la tarde llevaba escrito las letras del nombre de Miguel Ángel Silva por ser la de su alternativa, Ginés Marín no quiso que toda la gloria se quedase en casa. De ahí que en sus dos toros haya dejado unas sensaciones inmejorables de torero cada vez más maduro e inteligente. En dos faenas diferentes, pero con el mismo patrón de la exquisitez propia de quien está llamado a ser una figura del toreo de seguir con esta progresión.

Aúna en su tauromaquia todos los resortes, tanto con el capote como con la muleta. Por eso, en el saludo a su primero dejó para el recuerdo un precioso ramillete de verónicas a las que puso prólogo con un farol a una mano. Por chicuelinas se enroscó al de Victoriano del Río en el quite. Excelente aperitivo para lo que vendría luego con la muleta. Con esta plegada se marchó a los medios para instrumentar el pase del cartucho al que siguieron cuatro naturales de profundidad infinita. Se movía con ritmo y gran tranco el astado y Marín le formó un auténtico lío ligando derechazos sin interrupción en los que combinó el toreo en redondo con los chispazos de inspiración de las arrucinas. Con la zurda continúo con la sinfonía de toreo relajado en unos naturales hondos que hicieron levantar al público de los asientos. Mató de estocada fulminante y entre gritos de “torero, torero” le fueron pedidas, y concedidas, las dos orejas del magnífico ejemplar de Victoriano del Río.

Pero la verdadera dimensión se le vio en el quinto. Un toro de Fuente Ymbro con picante, que se colaba por dentro, y al que Marín con inteligencia tapó los defectos haciendo que pareciese mejor de lo que en realidad encerraba. Exigía mando el ejemplar de Gallardo y mando encontró en las muñecas de Ginés Marín que primero le pudo con la derecha y luego extrajo series al natural de mucha profundidad. Imponiéndose en todo momento a la embestida cada vez más reservona del animal, al que le extrajo hasta la última gota de raza con los ayudados por bajo con los que epilogó una faena muy maciza premiada con otras dos orejas más en su esportón.

El idilio que Morante de la Puebla siente con Zafra, en donde suele enjaretar faenas para el recuerdo como la del pasado año, se ha roto esta tarde. Principalmente por culpa del manso cuarto bis, del hierro de Zalduendo, un toro que sustituyó al titular de Núñez del Cuvillo devuelto por cojo. No se dio coba el diestro cigarrero que abrevió con la muleta para luego atascarse con el acero.

En el que sí pudimos ver gotas de la esencia morantista fue en su primero. Un ejemplar corniapretado de El Vellosino al que saludó a la verónica y con el que instrumentó un ceñido quite por chicuelinas. No tenía ni un gramo de fuerzas, de ahí que Morante más que torear tuviese que acariciar las nobles embestidas en series de derechazos de dulzura almibarada y naturales de temple exquisitos; eso sí, intermitentes por las continuas pérdidas de manos del animal. Mató al segundo intento y fue premiado con una oreja que paseó bajo los sones del popular «cumpleaños feliz».


PALMAS Y PITOS (OPINIÓN)

Antonio Girol.-

Palmas:

  • Al director de la Banda de Música de Higuera la Real: Por su sensibilidad a la hora de escoger el repertorio musical que ha sonado esta tarde. Sobre todo, con el pasodoble Manolete, que así sí que apetece oírlo en una plaza. O lo que es lo mismo, durante una faena de muleta y no en una vuelta al ruedo. Puede parecer un capricho de este cronista, pero es de buen aficionado tocarlo cuando merece, y hoy así lo ha mandado el director atacar a sus músicos. A los que por cierto quiero felicitar desde aquí por la calidad de sus interpretaciones.
  • A todos los jóvenes que saltaron al ruedo al finalizar el festejo para llevar en volandas a los dos toreros en una imagen que vale más que mil palabras: la de la juventud apoyando a esos héroes que momentos antes les habían hecho vibrar en el ruedo.
  • A aquellos aficionados que supieron ver y aplaudir la labor de los picadores Guillermo Marín y Antonio Lavado. Premiando de este modo una suerte cada día más denostada.
  • A la empresa por la apuesta de un cartel con la pujante fuerza de la savia nueva. Y a Morante, por permitir que así fuese.
  • Al detalle de Ginés Marín a la hora de brindar la faena de su segundo a Alberto, el aficionado más carismático de la plaza de Zafra. Al que luego sacó a dar la vuelta al ruedo.

Pitos:

  • A la insensibilidad del conjunto de espectadores que no secundaron las tibias palmas con las que un puñado de buenos aficionados quisieron, sin lograrlo, contagiar al resto para que Miguel Ángel Silva, torero de Zafra, saludase una merecida ovación al romperse el paseíllo. Faltó sensibilidad y afición. Lástima
  • A la falta de trapío de algunos de los ejemplares que salieron a la arena. Nadie pide el toro de Bilbao en Zafra, pero tampoco animales tan terciados. Un claro ejemplo de que a la gente le gustan los animales bien presentados ocurrió en el sexto, al que un sector aplaudió de salida.

GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO)

Miguel Ángel Silva llegando al patio de caballos

Morante de la Puebla liándose en el capote de paseo

Ginés Marín y su apoderado José Cutiño

Último paseíllo como novillero y primero como matador Ceremonia de alternativa Miguel Ángel Silva
Miguel Ángel Silva Miguel Ángel Silva

Miguel Ángel Silva

Primera puesta, y al sastre... Morante de la Puebla Morante de la Puebla
Morante de la Puebla Morante de la Puebla Morante de la Puebla

Morante de la Puebla

Ginés Marín

Ginés Marín

Ginés Marín

Ginés Marín

Ginés Marín

Ginés Marín

Ginés Marín

Miguel Ángel Silva

Ginés Marín

Ginés Marín


OTRAS IMÁGENES (GALLARDO)

Silva junto a sus apoderados y el presidente de su peña El ganadero Antonio Muñoz hace una carantoña a Jacobo, hijo de Murillo Márquez El torero Alberto López Simón quiso acompañar a su amigo Silva

Emotivo brindis de Silva a su padre en el toro de la alternativa

Cuatro años después, final feliz

Lola Morón y la pequeña Lolita apoyando a su torero

La reunión del Comité Federal

...y los disidentes

De punta en blanco o en negro, que también vale

La peña de Silva aplaudiendo a su torero en la vuelta

Voy a disimular con los prismáticos

Mayte, la madre de Silva, rodeada de familiares y amigos

El empresario Jorge Sánchez Castañón y Pedro Transmonte

Brindis de Ginés Marín a Alberto, el primer aficionado de Zafra

¡Con un par!

A Silva lo llevaron en hombros hasta el hotel

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