La empresa MAR TOROS reunió a los novilleros que harán el paseíllo el próximo 8 de septiembre en Mérida para que tentasen en la ganadería que lidiará en el ruedo emeritense. El siguiente round será en el Cerro de San Albín… En el siguiente reportaje gráfico os mostramos cómo discurrió la jornada campera
Antonio Girol.-
Tras la infernal canícula del último mes y medio parece como si el verano quisiera tomarse un respiro. La mañana es fresca y el rocío devuelve multiplicado por mil los olores propios del campo. Poco a poco van llegando los novilleros a su cita. Acompañados de familiares e íntimos saludan educadamente. Ceremoniosamente comienzan la liturgia de vestirse de corto.
Curro, el mayoral de Iniesta, va de un lado para otro como si flotase, sin molestar ni hacer el más mínimo ruido. Con su perenne sonrisa y su voz pausada hace las indicaciones precisas y oportunas. Cuando llega Álvaro, el picador, el caballo está perfectamente pertrechado atado a la rama más baja de una encina. Ambos parlamentan sobre qué puya usar para la tienta. Ambos coinciden al escoger la apropiada para el tipo de becerras que hay encerradas en las corraletas.
De repente una nube de polvo delata la llegada del último coche, el del ganadero. José Luis Iniesta, como buen conocedor de su casa, aparca en el lugar exacto donde va a dar sombra durante toda la jornada. Saluda, una a una, a todas las personas que se han dado cita en su finca y luego hace un aparte con el mayoral.
Es la hora de comenzar. En el ruedo se dan cita cinco de los seis novilleros anunciados ara el día 8 de septiembre en Mérida. Falta Luis Manuel Terrón que está en rehabilitación por la cornada sufrida el pasado julio en Las Ventas. Acudirá más tarde, con ropa de calle, para estar junto a sus compañeros.
José Luis Iniesta reúne a los novilleros en el albero y les comenta que va a proceder a sortear las cinco utreras. Curro anota los números en cinco papelillos y la gorra del ganadero hace las veces de urna de la suerte. Uno a uno, los novilleros o sus mentores, meten la mano y cantan el número que les ha tocado en suerte: 513 (Mario Palacios), 497 (Fernando Flores), 453 (Jesús Díez) 510 (David Bolsico) y 491 (Juanito)
Mientras tanto, Álvaro Marrón mueve el bretón con el peto para que se haga al ruedo en el que va a permanecer durante la tienta. Tienta que da comienzo cuando el ganadero ordena: ¡vaca!…
…El tentadero ha terminado. Las cinco utreras han sacado lo mejor de su sangre en un tentadero exigente y que ha demostrado la alquimia que busca José Luis Iniesta: transmisión, bravura, duración y nobleza. Cinco pruebas de toque para otros tantos novilleros que en ellas han tenido las colaboradoras ideales para calibrar su estado de forma con vistas a la novillada del día de Extremadura en la plaza de toros de Mérida.
CON LA MENTE PUESTA EN MÉRIDA. FOTOS: JMª BALLESTER |
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