Tenía que ser en su plaza, en Alburquerque. Tenía que ser en una corrida del arte del rejoneo. Esos festejos que gracias a su perspicacia y afición llevó a las más altas cotas poniéndolos en boga. Y tenía que ser con un rejoneador del país vecino que para él era como propio. Así es el homenaje que la familia Moura Caetano ha organizado para a las seis de la tarde del día 10 de septiembre honrar al apoderado de rejoneadores más grande que ha dado esta tierra, el simpar Jacinto Alcón Pasalodos.
Moura Caetano se encerrará con seis astados