Para cosechar primero hay que sembrar. La semilla del toreo es idéntica a la del cereal que cae en tierra fértil. Así lo ha entendido el banderillero Fernando González que el pasado miércoles organizó en el colegio Santo Ángel de Almendralejo una actividad taurina con los más pequeños. En un improvisado ruedo formado por pupitres abrió plaza el alumno Ismael Marín Navarro y después sus compañeros le emularon sintiendo el tacto de capotes y muletas en las yemas de sus dedos.