AL QUITE

He perdido la fe

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«…cada hora que pasa me es más difícil seguir creyendo en un mundillo que no mira más allá de lo que tiene en la punta de sus narices. De un mundillo que cuando comienza a caer la última hoja del calendario se amanceba en una venta sevillana para buscar soluciones…»

Antonio Girol.-

Sé que las palabras que me dispongo a escribir servirán para que unos sonrían jactanciosamente y otros se encabronen más aún de lo que ya puedan estar encabronados con el arriba firmante, pero como no le debo nada ni a los bancos me permito mecanografiarlas.  Y lo más importante, mi compromiso con ustedes, pero sobre todo conmigo mismo, me obliga a dejar por escrito mis sensaciones y sobre todo mis sentimientos.

Sí, he perdido la fe, tal como titulo este artículo. Los poderosos que jamás conceden entrevistas a ‘portales de medio pelo’ (sic) como el que dirijo o los que miran por encima del hombro cuando no empujan literalmente al pasar por tu lado, seguro que si por un momento bajan de sus peanas y leen este artículo (cosa que dudo), pensarán: » y a nosotros qué coño nos importa si un don nadie como éste ha perdido la fe.»

El motivo es bien sencillo y se lo voy a explicar a ustedes, a los de la peana y a usted que como un servidor estamos en la base. Mi pérdida se debe a que cada hora que pasa me es más difícil seguir creyendo en un mundillo que no mira más allá de lo que tiene en la punta de sus narices. De un mundillo que cuando comienza a caer la última hoja del calendario se amanceba en una venta sevillana para buscar soluciones y lo único que pare, meses después, de feria en feria, son las mismas y anodinas combinaciones impuestas del año anterior.

Esa poca fe que me quedaba me llevó a alegrarme cuando supe que en mi tierra se iban a anunciar dos novilladas con siete puestos y al mismo tiempo me he entristecido cuando he comprobado que a esos mismos chavales se les está mandando, a su vez, el mensaje de que por más méritos que contraigan en las plazas, cuando quieran tomar la alternativa se van a topar con un muro insalvable.

Ese muro que provoca que en mi provincia se abra la temporada, en lo que a corridas de toros se refiere, con el mismo cartel con el que se iba a cerrar la anterior. Eso es sencillamente vivir anclados en el más absoluto inmovilismo. Y aquí culpo a todos. A la empresa que lo consiente y a los figuras que, desde la comodidad que les reporta ser los mandamases, continúan sin atreverse a abrir el abanico jugando al mismo y aburrido juego de ver siempre repetida la misma película.


«…a esos mismos chavales se les está mandando, a su vez, el mensaje de que por más méritos que contraigan en las plazas, cuando quieran tomar la alternativa se van a topar con un muro insalvable…»


 

Que me disculpen por anticipado los que se sientan aludidos si les molesta este comentario de un aficionado de base, como es un servidor, pero algo marcha mal cuando en la feria del 25 aniversario, a excepción de Alejandro Talavante por El Cid, se repiten los mismos toreros que en la de 2006. Por poner un ejemplo.

Seguro que habrá miles de personas que cuando hayan leído los carteles que anoche vieron la luz habrán vuelto a decir aquello de Olivenza ha dado de nuevo en el clavo al anunciar a lo más granado del toreo.  De hecho los órganos oficiales ya se han puesto manos a la obra recordándolo con sus potentes altavoces. Un año más, no me cabe dudas, que la feria será otra vez un éxito de público en los tendidos. Por cierto que me alegraré si así sucede ya que como profesional autónomo sé que quien se juega su dinero merece recuperar la inversión por equivocada que sea. Pero cuando se tiene la importante responsabilidad de abanderar la tauromaquia no solo se debe vivir del momento presente, sino que también hay que sembrar futuro. Si la mayor novedad de esta edición es el regreso de un torero que ya ha anunciado que en octubre se vuelve a ir, a mi, lo siento mucho, se me cae el alma al suelo de la tremenda desazón que me provoca.

Será que soy un iluso, es lo que tenemos los románticos, pero me había hecho ilusiones con este 25 aniversario. No solo por la posibilidad de presenciar la alternativa del novillero que más expectación ha creado en España en la última década. Incluso tras ver como Pepe Moral cogía la sustitución de Talavante en Zafra había albergado la esperanza de que una cara ‘desconocida’ pudiese entrar en alguna de las combinaciones. Y va y me encuentro con que además del cartel habitual previsto para el sábado solo ha faltado que convenciesen a Joselito (se llegó a rumorear este invierno que podría estar en Olivenza apadrinando a Garrido) para haber reeditado el domingo aquel otro de los tres tenores que dinamitó José Tomás en los noventa.

No culpo solo a Olivenza, ahí está Castellón con idéntico formato. Y llegará Valencia y demás ferias copiando el mismo patrón. Nada, sigan unos y otros taponando el cuello de la botella, y estrechando cada vez más el paso, para que todos esos chavales preñados de ilusiones no puedan enfrentarse con quienes solo están cómodos toreando entre si. Con el tremendo daño que eso supone para el futuro.  Tanto en el albero como en los tendidos.  Continúen así y en diciembre cojan otra vez la zambomba y la pandereta y váyanse todos a tocarla a la Venta de Antequera al son de “hay que buscar soluciones para dinamizar la fiesta”, pero a mi no me pidan más que confíe en nadie porque definitivamente he perdido la poca fe que me quedaba.