«…Y así al igual que el diestro palaciego no perdió la moral cuando no recibía llamadas de nadie en el último lustro, todos los nuestros continúen con idéntica ilusión por convertirse mañana en los nuevos ‘Pepe Moral’.Como ya en su día hubo un Cid en idéntica tesitura y tantos otros toreros…»
Antonio Girol.-
Quienes me conocen saben de mi empeño, diría más bien mi obsesión, porque haya apertura en los carteles. Es decir, por romper ese vicio adquirido de convertir las ferias en un muestrario de tres, cinco o seis toreros. Aliñados de distintas formas. Pero en definitiva, siempre los mismos nombres.
Este deseo viene motivado porque entiendo que existe una necesidad imperiosa de romper la endogamia que, a mi modo de ver, hoy más que nunca atenaza a la fiesta. Hasta el punto de estar provocando un colapso por la falta de dosis de savia nueva. Porque en definitiva todo lo que no fluye, termina pudriéndose y muriendo. Y de continuar el actual estancamiento de figuras que no permiten meter cabeza a nadie en ajustes programados desde enero, es imposible que haya futuro más allá del cortoplacismo al que está abocada la actual fiesta de toros.
Esto que aquí escribo puede sonar apocalíptico, no lo niego. Pero es la sensación que, cada vez más, me está dando el actual momento que vive la Tauromaquia. Por eso, cuando esta tarde un amigo me mandó un WhatsApp anunciándome que Pepe Moral iba a cubrir el hueco dejado por Talavante en Zafra, no me lo terminé de creer. Sinceramente pensé que me estaba tomando el pelo. Porque, para qué negarlo, estaba casi convencido, por no decir convencido del todo, de que el cartel iba a quedar en mano a mano.
Vaya entonces por delante mi satisfacción porque no haya sido así y quienes acudan al coso segedano puedan ver una terna con un torero que apunta maneras como es Pepe Moral. No en vano, ha sido si no la revelación de la temporada. Sí, una de ellas. De estar en su casa de Los Palacios, aburrido y olvidado por la empresa de Sevilla pasó a entrar en el cartel de la corrida del Corpus. En la Maestranza, esa plaza que llevaba cinco años sin pisar, enjaretó una gran faena a un sobrero de Conde de la Maza que le reportó las dos orejas.
Tras ese triunfo no vayan ustedes a pensar que el teléfono de su apoderado comenzó a echar humo. Ni mucho menos. Solo en cuatro ocasiones más se ha vestido de luces. Eso sí, en todas ha dado la cara. Primero en Pamplona, cortando un apéndice. Luego vendría otro trofeo, esta vez en Madrid. Y uno más en Albacete. En estos dos festejos daría la vuelta al ruedo en sus otros toros.
Conociendo estos datos y conociendo mi deseo porque entre aire fresco en esos carteles que anuncian a figuras. Aunque sea por vía de la siempre dolorosa sustitución de un torero lesionado. No les negaré que me dio alegría saber de la noticia. En idéntica proporción a la tristeza que me provocó comprobar que esa oportunidad que hoy se le abría a Pepe Moral, no hubiese recaído en ninguno de la amplia nómina de toreros extremeños que engrandece la lista de espadas de nuestra tierra. Y aquí no quiero hacer distinción entre pacenses o cacereños, aunque este portal sea de información exclusiva de los primeros porque tanto unos como otros están sobradamente capacitados. |
«No les negaré que me dio alegría saber de la noticia. En idéntica proporción a la tristeza que me provocó comprobar que esa oportunidad que hoy se le abría a Pepe Moral, no hubiese recaído en ninguno de la amplia nómina de toreros extremeños que engrandece la lista de espadas de nuestra tierra…» |
Imagino, porque me pongo en muchas ocasiones en su piel, la sensación desangelada que les habrá embargado al conocer que no eran ellos los que cogían el puesto del compañero ausente. Las ilusiones rotas una vez más.
Sin embargo, este cambio de tendencia, este soplo que supone que sea un torero de su mismo estrato el que entre en el cartel es una señal que me hace reconciliarme con el momento actual. Ojalá ésto tenga continuidad en el tiempo. Y así al igual que el diestro palaciego no perdió la moral cuando no recibía llamadas de nadie en el último lustro, todos los nuestros continúen con idéntica ilusión por convertirse mañana en los nuevos «Pepe Moral». Como ya en su día hubo un Cid en idéntica tesitura y tantos otros toreros a los que la oportunidad los cogió preparados y dispuestos a decirles al destino que anotase su nombre y apellidos con letra legible.
Quiera que algo esté cambiando. Y lo de mañana en Zafra no quede en un brindis al sol. Sobre todo porque más que nunca la fiesta necesita regenerarse. Recobrar la esperanza. Tanto en los que pagan una entrada como en los que se ponen delante. Y no hay mayor ilusión que aquella que surge del que empieza y quiere comerse el mundo.
Nada me gustará más que poder escribir en un futuro próximo que se está produciendo un cambio de tendencia y que en las venideras ferias de nuestra región hay cabida para toreros que se ganen sus derechos en la plaza, como ahora ha hecho Pepe Moral. Aunque como extremeños nos duela en el alma que no sea uno de los nuestros al que se le haya ofrecido la oportunidad. Quiera Dios o quien mande en ésto que en breve así lo sea. Por eso, desde esta humilde tribuna permitidme todos que os pida una cosa: no perdáis la moral.