Garrido triunfa a lo grande en su encerrona

…Y a sus pies, Bilbao

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En solitario había cruzado las cenicientas arenas del coso de Vista Alegre. En los corrales le esperaban seis utreros de El Parralejo.  Dos horas más tarde salía en hombros por la puerta grande tras pasear media docena de orejas entre aclamaciones. Ese es el resumen de cómo  José Garrido conquistó Bilbao. De cómo conquistó a sus gentes y a la siempre sensata y cabal afición vizcaína. De cómo un joven pacense se consagraba en una de las plazas más serias del panorama taurino nacional. ¡Enhorabuena torero!