Miguelín Murillo de nuevo ausente de su feria

Con gran desazón

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«…a mí, como aficionado, me hubiese gustado que el torero local hubiese aparecido anunciado en ese ajuste que se presentaba hace unos días. Es más, entiendo que habría sido un bonito gesto…»

Antonio Girol.-

Les invito a que hagan un ejercicio de reflexión. Imaginen que son toreros. Más allá de Madrid o Sevilla, plazas en las que todos soñarían con vestirse de luces, ¿en qué otro lugar les encantaría estar anunciados? En su ciudad, ¿verdad? O en su pueblo, si ustedes son de pueblo como un servidor.

Continúen imaginando. Y piensen qué sentirían si en los tres últimos años hubiese habido toros en su localidad de nacimiento y residencia y no le hubiesen anunciado en ese cartel. Debe resultar desazonador, ¿verdad? Ahora póngale si quieren cara, nombre y apellidos a esa imagen. Seguro que se parece mucho a la que acompaña a estas letras.

Así, tal como les relato, debe sentirse Miguelín Murillo. Torero de Mérida. El único en activo de la ciudad romana. El cual, cada septiembre observa como encolan el cartel de su feria más querida y su nombre no viene impreso.

Su última actuación en el Coso de San Albín se remonta a la tarde del 3 de septiembre de 2011. Se anunciaba una corrida de Arcadio Albarrán para cuatro toreros de la provincia. El cielo, la noche anterior, había derramado toda el agua que contenían las ubres de sus nubes. El piso de plaza estaba en un estado lamentable. Aún así los toreros no hicieron ni un amago por dejar la oportunidad de torear. La corrida resultó mala de solemnidad. Provocando que los sueños de aquel cuarteto de espadas quedaran totalmente marchitos.

De esa tarde es la foto de mi compañero Gallardo. El cual, como en un augurio, pareció adivinar el futuro que le esperaba al diestro emeritense en su ruedo, al usar el sepia como color para inmortalizar el momento en el que liado en el patio de caballos perdía su mirada en el embarrado ruedo de San Albín.

Este año de nuevo ha llegado la hora de que haya toros en Mérida. Mucho se había hablado de la posibilidad de que el ajado coso ni abriese sus puertas en septiembre. Al final, sí habrá corrida de feria, que no de centenario.  Y otra vez, Miguelín Murillo observa cómo su nombre no viene en el cartel. Al igual que en el último trienio.

Sinceramente, desconozco si en algún momento habrá habido negociación de por medio o simplemente silencio por parte de la empresa.

Imagen de la galería del 3 de septiembre de 2011. Parece un augurio...(FOTO:Gallardo)

Pero a mí, como aficionado, me hubiese gustado que el torero local hubiese aparecido anunciado en ese ajuste que se presentaba hace unos días. Es más, entiendo que habría sido un bonito gesto. Sobre todo por el cariz que se le ha querido dar al evento en sí. Con tres toreros de la tierra, de tres épocas distintas. Dos toros más y una corrida monstruo no hubiese desentonado para nada, sino todo lo contrario.

Así que cierro los ojos, en ese ejercicio que les decía al inicio de mis letras, me pongo en el lugar del protagonista de este artículo de opinión y me embarga una gran desazón.  Como imagino que le ocurrirá a él y como imagino que le sucedería a ustedes. Ánimo Miguel.