La grandeza del toreo se mide por sus gestos. Como el que tuvo ayer el novillero García Corbacho en Los Santos de Maimona al brindar al cielo con un balón en memoria de los chavales de Monterrubio que hace unos días dejaban sus sueños en el asfalto. Esos mismos sueños de glorias en unos casos deportivas y en otras taurinas que a jóvenes como al protagonista de esta imagen les mueven a luchar y sacrificarse cada día.
Brindis por los jóvenes de Monterrubio