La lluvia no pudo con la fiesta en Don Benito

Ponce, Perera y Cayetano salen en hombros en una corrida en la que hubo lluvia de orejas y de agua del cielo que a punto estuvo de truncar las ilusiones de espectadores y actuantes. (GALERÍA GRÁFICA EN EL INTERIOR)

Antonio J. Pérez.-

Gran jornada de toros la vivida en la localidad de Don Benito, con buen ambiente desde horas tempranas de la tarde correspondido por el esfuerzo de los toreros que dieron lo mejor de sí a pesar de las inclemencias meteorológicas con las que tuvieron que pechar durante la lidia de los astados de Zalduendo.

En primer lugar salió a la arena ‘Desordenado’, un astado que adoleció de fuerzas pero resultó muy noble en sus embestidas. Enrique Ponce lo recibió con verónicas en el tercio, para después deleitar a los asistentes con un quite por chicuelinas rematado con una revolera.  Aquí ya era evidente la falta de fuerzas del burel.

Con la muleta inició la faena llevando al toro largo a media altura, enseñándole como debía embestir. Aprovechó el valenciano el pitón derecho para sacar varias tandas templadas. Por el izquierdo poco tenía el animal aunque el diestro lo intentó. Finalizó Ponce la faena por doblones, tras ellos una estocada que le sirvió para pasear la primera oreja de la tarde.

En el cuarto de la tarde, que obedecía por  “Retahillo”, se pudo ver la versión del mejor  Ponce, artista y pinturero, lanceó bien a la verónica en el saludo capotero. Difícil era la labor de los banderilleros a la hora de poner los garapullos, debido a las condiciones del piso. Faena de gusto, torería y ligazón por ambos pitones del maestro de Chiva, poniendo al público asistente en pie. Inició la faena con rodillas genuflexas y un cambio de mano para rematar con el pase de pecho, marca de la casa.

Toreo en redondo adornado en muchos momentos con molinetes de gran factura, se veía a Enrique entregado y con muchas ganas. El delirio llego finalizando la faena cuando ejecutó una serie de ‘poncinas’ antes de coger el acero.

Se pidió el indulto del toro, pero no con fuerzas. Entró a matar el valenciano y dejó un pinchazo seguido de una media que hubo de precisar descabello, a pesar de ello fue premiado con dos orejas. El toro fue premiado con vuelta al ruedo.

Se abrieron los cielos.-

Cuando salió el segundo de chiqueros comenzó un tremendo aguacero con la consiguiente desbandada del público buscando resguardo. ‘Seducido’, que así se llamaba el ejemplar de Zalduendo que resultó noble pero flojo. Lo recibió Perera a pies juntos para después ir abriendo el compás a la verónica.

Estuvo muy firme el de Puebla del Prior en una faena de ligazón, mano baja y quietud pegándose un arrimón considerable al final de su actuación. Pinchazo y media le valieron para cortar dos orejas.

Salió Cayetano decidido toreando a la verónica tras el aguacero caído en Don Benito, en un piso que no ayudaba nada al lucimiento. De su labor muletera destacaron dos tandas con la mano diestra a un animal que tenía más recorrido que sus hermanos. Sin embargo, por el pitón izquierdo poco pudo extraer aunque lo intentó, lo más unos cuantos naturales sueltos. Mató de estocada y le fue otorgada una apéndice como premio.

Al que cerraba la corrida lo recibió Cayetano con verónicas con rodilla genuflexa en el tercio. Con la franela fundamentó su faena por el pitón diestro a base de llevar al burel con muletazos largos, en una actuación en la que se notaba el deseo de no quedarse atrás a la hora de salir en hombros junto a sus compañeros de terna. Mató de estocada que hubo de precisar de descabello y consiguió la preciada oreja que le valía la puerta grande

GALERÍA GRÁFIA (GALLARDO)