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La guinda

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Alejandro Talavante rubrica con una faena magistral una exitosa feria taurina de San Juan que quedará para siempre prendida de la memoria. Le acompañó en la salida a hombros José María Manzanares, con dos orejas de menos peso. (GALERÍA GRÁFICA EN EL INTERIOR)

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros de Zalduendo, terciados y de juego desigual; siendo el sexto el de mayor calidad.

ESPADAS:
-Morante de la Puebla (tabaco y oro), ovación y bronca.
-José María Manzanares (obispo y oro),oreja y oreja.
-Alejandro Talavante (caña y oro),oreja y dos orejas.
INCIDENCIAS: Rondando los tres cuartos de plaza en tarde de asfixiante bochorno.Presidió Antonio Megías. Saludaron en banderillas Curro Javier, Juan José Trujillo y Luis Blázquez por dos veces.

Talavante, la cara del triunfo. (FOTO: Gallardo)

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LAS OTRAS IMÁGENES de Gallardo

Antonio Girol.-

Una feria tan bien trazada, que había levantado tanta expectación aquí y allá, no podía terminar más que a lo grande, tal y como lo ha hecho con la faena de Alejandro Talavante a ‘Proletario’ de Zalduendo, para que todo el que abandonase la plaza lo hiciese con nostalgia de toros a la par que orgulloso de haber sido testigo de un serial que ya está inscrito en el libro de oro de las efemérides taurinas.

Había parado Alejandro a su antagonista con los mejores lances de capote de todo el ciclo. Suaves y acompasadas las verónicas, lástima que el ramillete no fuese más amplio, se intercalaron con una ajustadas chicuelinas que fueron rematadas con la más garbosa de las revoleras.

Pero lo que vino después fue tan especial que perdurará mucho tiempo en la memoria. Primero por el tercio de banderillas, en el que Talavante tomó los palos adornados con la bandera de su tierra, de la nuestra, y clavó tres pares de gran ortodoxia. Los dos primeros cuarteando desde los medios a los adentros, y el último en un perfecto quiebro al hilo de las tablas.

La plaza era un hervidero, y no solo por el tremendo bochorno que envolvía con su calima cada centímetro del ambiente, cuando el pacense se marchó al centro del ruedo para brindar a sus paisanos. Montó la muleta y en el platillo enjaretó cuatro estatuarios de una monumentalidad excelsa, rematados con la alegría de una giraldilla pizpireta que puso a la plaza boca abajo.

Luego vendría una serie descomunal con la diestra, en la que tiró del toro con suavidad y mando al mismo tiempo que inventaba inverosímiles arrucinas.

Talavante citando para los estatuarios al sexto. (FOTO: Gallardo)

Olés roncos en los tendidos y expectación por ver qué sería capaz de hacer con su mano mágica: la izquierda.

Por ese pitón se desplazaba peor el de Zalduendo, quedándose más corto, aunque bien es cierto que el primero se lo tragó hasta el final. Razón de más para albergar alguna posibilidad de milagro…Que se obró en la siguiente serie al natural, sin enmendarse, en la que los vuelos de la bamba de la muleta de Talavante dibujaron arabescos en el albero que se mezclaban con el éxtasis de los tendidos.

Se fue apagando el toro y ni ese hándicap mermó la faena del extremeño, que en cercanías jugó con las astas del toro antes de marcharse a por la espada y epilogar con unas ajustadas bernadinas.

Tirándose a por todas para rubricar una gran faena. (FOTOS: Gallardo)

La locura era generalizada en las gradas. Solo eché de menos esos gritos de torero-torero que ayer escuché en dos ocasiones y que hoy también me hubiese encantado oír por tan merecidos de verdad, como lo fue la manera en que Alejandro Talavante se fue tras la espada, atracándose de toro, y saliendo volteado de manera muy fea. Todo estaba consumado cuando con la cruceta acertó al primer intento: dos orejas a ley le esperaban para ser paseadas entre el clamor de un público del todo entregado.

Ya en el anterior había dado un buen toque de atención de cómo venía de dispuesto a su feria. Ante un astado al que le costaba romper hacia adelante y al que había sabido tocar las teclas oportunas para a base de ir amasando las embestidas conseguir que éstas fuesen cada vez más largas y de mejor ritmo por cada pitón. Faena de inteligencia, en la que destacó la manera en que embarcó a la res en los vuelos de su franela. Mató de entera tendida y fue obsequiado con una oreja.

Orejas de distinto peso.-

El otro triunfador, aunque en menor medida, ha sido José María Manzanares, que acompañó a su amigo Talavante en la salida en hombros, al cortar dos orejas (una y una) bastante generosas. Ya lo dije el pasado domingo en mi crónica de la encerrona de Ferrera, la primera la da el público y si éste ha creído oportuno que así fuese…allá ellos. Sí me gustaría llegar a poder ver a un Manzanares más rotundo en futuras comparecencias en Badajoz, ya que hasta la fecha, en estas tres temporadas que llevo escribiendo crónicas para este portal, aún no he visto en este ruedo la verdadera dimensión de un torero magistral donde los haya, a pesar de su costumbre por echar siempre la pata p’atrás.

A su primero le recetó una tauromaquia suave que hizo que el toro pareciese mejor de lo que en realidad era. Inició el muleteo a media altura, acompañando las embestidas con la cintura, sin apretar para nada al toro, con objeto de ir haciéndolo. Siguió con esa medida, demostrando que a esa distancia también se puede torear con gusto.  De tanta suavidad quería dar los pases Manzanares que por dos veces resultó desarmado.

Por el izquierdo estuvo más redondo, vaciando perfectamente las embestidas para poder ligar los naturales que enganchaba unos con otros.

Suavidad extrema en el trazo y la ejecución. (FOTO:Gallardo)

Mató de entera contraria tras pinchar al intentar acabar con ‘Vampiro’ con la suerte de recibir. Paseó una oreja.

Un molesto calamocheo al querer coger la muleta que le presentaba el diestro alicantino fue la nota predominante en el inicio de faena al quinto.  Manzanares le corrió bien la mano buscando atemperar el defecto. Eso supuso que las series en redondo no fuesen de tanto lucimiento como nos tiene acostumbrados, pero en cambio ganaron en firmeza. Tanta, que terminó por conseguir meter al toro en el canasto, sobre todo por el pitón izquierdo, por donde se desplazaba mejor, haciendo que su actuación fuese in crescendo.  De estocada tendida acabó con ‘Tutor’, cuya oreja fue paseada por el anillo de Pardaleras.

Solo faltaba una bronca.-

Y para que la feria fuese totalmente redonda también tenía que tener su poquito de aquello…Y si hay un torero al que le sienta bien una bronca, ese es Morante. Con el de La Puebla no hay término medio:  o risas o llantos, o luces o sombras. Nada de grises. Afortunadamente.


«…el sevillano si algo tiene de especial es que no engaña a nadie. No es una mentira de torero. Y por tanto, cuando no encuentra material apropiado para su arte, desecha la obra con rapidez y así ganamos todos…»


Que haya aún gente que piense que Morante no es Morante sino un tunante es para que se lo hagan ver  de forma urgente, porque el sevillano si algo tiene de especial es que no engaña a nadie. No es una mentira de torero. Y por tanto, cuando no encuentra material apropiado para su arte, desecha la obra con rapidez y así ganamos todos. El primero el aficionado al que no aburre con un sucedáneo de toreo distinto al que de verdad puede ofrecerle, y en segundo lugar el propio torero que no se prostituye.

Al toro que abría la tarde le esperó desde el primer minuto. Primero con el capote. Y luego con la muleta. Pero el animal, tardo de salida, acabó cantando su verdadera condición de manso yéndose a toriles nada más sentirse herido con el primer pinchazo. No quiso en ningún momento pelea, ni de una forma ni de la otra. Y eso que José Antonio le dio todas las ventajas toreándole en los terrenos en los que se encontraba más cómodo, entre las dos rayas de picar.  Sin apretarle en los muletazos, que salían suaves de sus muñecas para encontrar entre su repertorio de adornos aquellos más livianos: kikirikís, firmas…

Tras dos pinchazos iniciales mató de entera y escuchó una ovación que salió a saludar al tercio mientras  a su oponente lo despedían entre silbidos.

Otra tauromaquia también es posible, siempre que se entienda. (FOTO: Gallardo)

El escándalo, si es que se le puede llamar así, vino en el cuarto. Y entendería que la gente se ofuscase si el torero no hubiese querido ver a un toro de bandera. Pero el que salió por chiqueros y obedecía por el profético nombre de ‘Refrito’ no tenía tal condición. Por suerte, Morante es algo más que aceite recalentada, y tras un inicio de faena gustándose por bajo comenzó una lidia sobre las piernas (totalmente olvidada en las tauromaquias modernas, de ahí el desconocimiento en los tendidos del porqué de este tipo de trasteo) que soliviantó al respetable.

Mató de estocada habilidosa, cayéndole una bronca que debió escucharse en el Real, no ya el de la feria sino el de La Jara (provincia de Sevilla)

Otra vez será…la pena es que se marcha Morante inédito con el capote, el único lunar de una feria para recordar durante mucho tiempo. Una feria con mucha historia.


GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO)

José María Manzanares.

Morante de la Puebla.

Morante de la Puebla.

Morante de la Puebla.

Morante de la Puebla.

Morante de la Puebla.

Morante de la Puebla. Morante de la Puebla. José María Manzanares.
José María Manzanares. José María Manzanares.

Alejandro Talavante.

Alejandro Talavante. Alejandro Talavante. José María Manzanares.
José María Manzanares. Alejandro Talavante. Alejandro Talavante.
Alejandro Talavante. Alejandro Talavante. Alejandro Talavante.
Alejandro Talavante. Alejandro Talavante. Alejandro Talavante.

Alejandro Talavante.

Alejandro Talavante.

El quite de la feria, obra de Valentín Luján.

Alejandro Talavante. Salida a hombros.

GALERÍA DE CUADRILLAS (GALLARDO)

Luis Blázquez. Juan José Trujillo. Curro Javier.

Valentín Luján.

 

 

 

OTRAS IMÁGENES (GALLARDO)

Boni Elías y aficionados de La Puebla de Sancho Pérez. Juan Barco y María Palacios. Hoy no había inhibidores de frecuencia.
Fernando Naranjo, poeta y pintor de jabugo y oros.

Fernando Valbuena, lancero en ristre.

Julio Parejo y su novia Susana. Una fila más abajo Mercedes Talavante.

Y yo sin abanico...

El chiringuito... Abanicos de todo tipo en los tendidos.

Abel y Blanca, futura esposa de nuestro compañero Álex Carpallo

La familia González Palacino fieles con su cita taurina en San Juan.

Cristina y Manu

Pendientes del ídolo. Soñando con emularle en un futuro.

Pepe Reynolds, su guapa esposa y una nueva vida que está a punto de llegar.

J.Mª Ballester no necesita prigmáticos para 'cazar' con su cámara.

Señora, mire a su izquierda...

...Ahí está Javier Solís, en el tendido. Ojalá que muy pronto en el ruedo.

J. Mª Álvarez Parejo haciendo un alto en el trabajo.

Los mulilleros, la cuadrilla del arte.

Los padres de Talavante siguiendo a su hijo desde el tendido.

Guapa a la par que elegante.

Si está usted interesado en algunas de las fotografías de estas galerías no dude en ponerse en contacto con nuestro fotógrafo a través del mail gallardo@badajoztaurina.com