Toros e historia

Carriquiri, con identidad propia.

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Carriquiri es una divisa de cuya historia dan buena cuenta en la Villa y Corte a lo largo de los siglos y de las distinas plazas que jalonaron su suelo. Un año más los toros de las dos ‘C solapadas’ dejarán su impronta en Madrid, por ello hemos acudido hasta las posesiones que Antonio Briones, su criador, tiene en Alconchel y Talavera la Real para mostraros este reportaje sobre una ganadería de leyenda.

Antonio Girol.-

Un año más los toros que la familia Briones cría en ‘Vega de Hornillos’ y hierra con el legendario pial de Carriquiri, en ese enclave mágico del valle del Táliga, volverán al ruedo de Las Ventas a dejar la impronta de un hierro y un nombre ligado a Madrid desde el 10 de julio de 1864, fecha en la que tomaran antigüedad en el ‘foro’ encintados en divisa verde y encarnada para prestigio de D.Nazario, su creador y criador.

Desde entonces  y hasta ahora la sangre navarrica que hogaño corriese por las venas de aquellos toricos encendidos ha dejado paso al tranco más de los núñez-rincón que desde 1988 cría en las tierras de Alconchel, Antonio Briones y su hija María, continuadora de este ideal romántico.

El próximo 30 de mayo seis ejemplares herrados con la dos ‘C solapadas’ buscarán la gloria que en la reciente historia de la ganadería obtuvieron hermanos suyos que posibilitaron  el triunfo y posterior salida en hombros hasta la calle de Alcalá, de espadas como Rafael de Julia o Antonio Ferrera.

Nosotros les dejamos este imponente reportaje gráfico que lleva la firma de nuestro compañero Gallardo, en el que puede apreciar la majestuosidad de los Carriquiri que componen la camada 2012, y de los cuales saldrán el sexteto que marche en breve hasta la Villa y Corte, a volver a dejar en buen lugar a su estirpe tras los vuelos de las muletas del mexicano Ignacio Garibay y los españoles Frascuelo y Javier Castaño.

No quisiera poner punto y final a estas letras sin tener unas palabras de agradecimiento tanto a Antonio Briones por su gentileza y amabilidad como a Antonio Morilla, mayoral de la ganadería, que con su afecto y buen manejo hizo fácil el siempre laborioso manejo de las reses para ser fotografiadas.

EL SUEÑO DE UN ROMÁNTICO. FOTOS: GALLARDO.

Vega de Hornillos nos da la bienvenida. Carriquiri, un hierro con leyenda...
Colorao ojo de perdiz bocidorado, herrado con el 3 De pitones acaramelados, que en esta casa no se enfundan. Nº. 56. Negro mulato.
La capa colorada es común en esta casa... Y sinónimo de toros de triunfos. Que han propiciado faenas para el recuerdo.
Y accidentes como en este bragado. Seriedad en este cinqueño de prominente morrillo. O este otro negro proporciones armónicas.
Estrecho de sienes, hecho para embestir. Largo, bien armado y bajo de agujas. Otro ejemplo de toro 'bajito'.
La armonía hecha toro. Toro con cuello y manos cortas, sinónimo de toro que humilla. Otro cuatreño con marchamo carriquiri.
Castaño, serio, herrado con el 15. Marcando territorio. ...Y encontrando respuesta.
Serio de pitones pero armónico de hechuras.
El corredero, lugar de entrenamiento para citas exigentes como Madrid. El 'aguardo' perfecto para la labores de saneamiento. La báscula estratégicamente colocada al hilo del corredero.
La parada de bueyes descansa tras la jornada. Al igual que el grupo de sementales tras haber estado con las vacas 'Pianista', semental del hierro de Alcurrucen. Refresco para la sangre.
'Heredero', del hierro de la casa, nunca un semental tuvo nombre más apropiado. La encina da cobijo al grupo de 'guapas' reproductoras. 'Barbero-125', un semental de espectacular pelaje y sensacionales hijos.
Como demuestra este 'botón' que calca a su padre en la dehesa. La vaca 891, madre de toros tan importantes como el famoso 'Pocabarba' que indultase Ferrera.

OTRAS IMÁGENES. FOTOS: GALLARDO

Pero Carriquiri es algo más que toros. Carriquiri es también un legado cultural que encuentra su particular índice en la épica que supone la labor archivística que Antonio Briones un día soñase en su finca de Talavera la Real, y de cuyas paredes tuvo que emigrar la mayor parte hasta el mismo centro de Madrid a fin de mayores espacios y facilidades para el consultor. Pero en el cortijo de claras reminiscencias coloniales perviven, además del aroma del recuerdo, jirones de historia viva de una ganadería que tuvo en D. Nazario Carriquiri Ibarnegaray de Etechecopar Villanueva, y en su cuñado Juan Moso, Conde de Espoz y Mina, a sus iniciadores; y que gracias a la labor bibliotecóloga de la familia Briones todo pervive, pues nada ha muerto, y lo hace en las paredes de ‘Aldea del Conde’ como muestrario de un tiempo y un lugar para el recuerdo.

Antonio Briones, más que un ganadero un romántico. Los famosos frascos de los anaqueles de Carriquiri. Cartel original de los 'sanfermines' de 1893. Carriquiri en las calles y la plaza.
Traje con el que Antonio Ferrera salió por la puerta grande de Madrid tras faena a un Carriquiri. Dos imágenes de D. Nazario Carriquiri Ibarnegaray de Etechecopar Villanueva. El árbol genealógico de una ganadería con mucha historia entre sus ramas.
Una vaca navarrica, germen histórico de la sangre carriquiri. Hoy solo es un recuerdo en un museo. Antonio Briones rememorando recuerdos y contando historias llenas de vida. La historia de la tauromaquia cubre cada rincón de 'Aldea del Conde'