Antonio Girol.-
La fecha del 31 de julio está marcada a fuego en el calendario de Tulio Salguero. Esa tarde pisará por vez primera la arena de la plaza de Las Ventas para estoquear una novillada de Guadaira. Será una tarde de máxima responsabilidad, de apretarse bien los machos en el hotel con vistas a un triunfo que relance una carrera que no termina de despegar, no por falta de calidad sino de oportunidades.
De sobra es conocido por todos que el escalafón de novilleros con caballos es, por utilizar un símil ciclístico, un puerto de categoría especial por culpa de la escasez de festejos que se ajustan en todas las ferias. De ahí la necesidad imperiosa que tienen los jóvenes valores por acudir a una plaza en la que el utrero no se lo pone fácil. Pero es lo que hay…y no se puede desperdiciar la ocasión.
Mientras, en el campo bravo extremeño se queman los últimos cartuchos para la puesta a punto, se corrigen defectos y se perfecciona la técnica a base de lidiar reses a puerta cerrada, como estas de Cayetano Muñoz, a las que Tulio le sacó todo su jugo de bravura y nos demostró que el torero está en un momento óptimo para demostrar en la primera plaza del mundo que del manantial pacense no deja de brotar agua torera, de la buena, de la de calidad…como los naturales que instrumentó Salguero en una agradable tarde de verano en ‘Doña Elvira’.
TULIO SALGUERO PREPARANDO MADRID. FOTOS: GALLARDO. |
||