Cuando se mezclan arte y bravura el que sale beneficiado es el espectador. Como en el tentadero que se celebró en Juan Albarrán no hubo más espectadores que los necesarios aquí os dejamos una muestra para que ustedes disfruten.
Gonzalo Fernández.-
Estamos en días en que da gusto salir al campo y visitar nuestras dehesas, donde el toro pasta y sestea bajo los árboles en tierras pacenses. En la carretera de Valderde a Táliga nos encontramos la finca ‘La Mata’, donde Juan Albarrán, padre e hijo, nos esperan para hacernos disfrutar de un magnífico tentadero de 5 vacas de su ganadería.
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Vestido el caballo de picar y todo preparado por Cuco y José ( personas de confianza en la dehesa ‘La Mata’) nos dirigimos a la pequeña, pero no por ello exenta de sabor, placita de tientas.
El primero en actuar será Martín Quintana. En los tentaderos se sigue el mismo código que en la plaza, por delante siempre va el más antiguo en alternativa. Le toca en suerte una vaca colorada. Ante la que el de Quintana de la Serena demuestra que sigue siendo un torero a tener en cuenta y que en el campo da gusto verle torear. Toreo largo y templado del extremeño que cuajó sus dos vacas a placer, en sendas faenas de distintos registros. Así con la colorada le vimos un torero templado y con gusto ante una embestida suave y enclasada; y poderoso y capaz ante su segunda que embistió con más poder, queriendo coger siempre los engaños por bajo.
‘Chechu’ es el apodo de José Ramón, y así se hace anunciar en los carteles este matador de toros de San Sebastián de Reyes. Buen amigo de la casa se le pudieron apreciar grandes maneras y cómo cada cada año va ganando en poso torero. Al hilo de este comentario me asalta un recuerdo del maestro Capea que dice que los toreros empiezan a coger poso, sabor y templanza a partir del quinto año de alternativa. |
Este torero va por ese camino pues en sus dos actuaciones en cada una de sus vacas se le pudo apreciar que el tiempo no pasa en balde y que cada día progresa a pasos agigantados. Torero de clase que intercaló pases de muy variada y bella factura en sus dos intervenciones.
Pero en un tentadero lo verdaderamente importante es el juego del ganado y sin lugar a dudas las vacas de Juan Albarrán fueon bravas en el caballo que montaba José, que hizo la suerte de picar de forma magistral. Importantes a más no poder y con una duración y toreabilidad extraordinaria. Proporcionando embestidas enclasadas, humilladoras, a la vez que se rebosaban en la muleta hasta el final que los toreros supieron aprovechar haciendo las delicias de aficionados de solera como Boni Balsera, que no perdió detalle del tentadero junto con el picador Santiago Chacón. También en «la tapia» tuvieron su turno Fernando Flores y Rubén Lobato, novilleros sin caballos de Badajoz
EN IMÁGENES. (FOTO: Ledesma) |
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