La ganadería de Ángel Muñoz Becerra pasa prueba de vida en los trastos de dos toreros pacenses, el matador Antonio Muñoz y el novillero Manuel Larios, quienes tientan las madres que marcaran el carácter de esta nueva ganadería.
Antonio Girol.-
‘Dehesa Nueva’ recibe al visitante al abrigo de sus propietarios. Ángel y Marisa, aficionados de rancio abolengo, enamorados del campo y lo bravo, a la par de su amor por su pueblo y su tierra extremeña, son la clara muestra de que la hospitalidad es marca inconfundible en la familia Muñoz.
El castillo de Feria atestigua cuanto ocurre en las 200 hectáreas que dan cobijo de bellotas y pastos a los toros que aquí se crían, y que nacen de esas vacas que hoy pasan la gran prueba de vida: el tentadero.
Para la ocasión han acudido un matador de toros, y también criador, el segedano Antonio Muñoz; y un novillero que barrunta alternativa, Manuel Larios, de Higuera de Vargas, que afrontará grandes retos en la temporada que incipientemente comienza a avecinarse por el oriente taurino.
En las corraletas de la coqueta plaza de tientas esperan las eralas, hijas y nietas de aquel lote de cien vacas y dos sementales, que con el hierro de ‘Martelilla’, partieron de tierras jerezanas para fijar caracteres de bravura en Extremadura. Luego, más tarde, aquella sangre se vería refrescada por la de sus hermanas de ‘Casa de los Toreros’, quienes harían idéntico viaje para quedarse para siempre cerca de la ribera que da nombre a esta ganadería de nuevo cuño.
Hoy se juegan, a una única carta, el honor de ser madres de novillos como los que el pasado 20 de marzo, en Calamonte, tuvieron la dicha de escribir en letras de molde ser los primeros en pasear el nombre de Guadajira en los carteles. O aquellos otros que, el 27 de junio, en la madrileña población de Aldea del Fresno, dejaron tan alto el pabellón que incluso escucharon voces de indulto.
Pero qué mejor que pasar a ver las imágenes que el objetivo de Gallardo ha inmortalizado para la ocasión, donde tan nobles animales se enroscaron en el capote y la muleta de Muñoz y Larios, dos toreros de generaciones distintas pero con un mismo nexo causal: ¡el arte! Tanto el de torear como el de criar un animal único y bello a partes iguales.
GALERÍA DE IMÁGENES DEL TENTADERO. FOTOS: GALLARDO |
||