Antonio Girol.-
Cuando mañana cruce el albero de la plaza fuenteña atrás habrán quedado cuatro meses, duros. Los de mayor dureza en su corta vida. Pero a la vez los que más le habrán hecho crecer.
Hay que recordar que el pasado 3 de mayo, un caballo le coceaba la cabeza y ponía en brete su vida, hasta el punto de tener que estar ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, y posteriormente tener que pasar por el quirófano para reconstruir los huesos fracturados.
Afortunadamente, cuatro meses después, el brillo de los alamares volverá a refulgir en su traje de luces, haciendo que aquellos malos recuerdos se evaporen para siempre.
Enhorabuena María del Mar. Suerte en la Plaza.