Que un hombre que tiene el cuerpo cosido luche a brazo partido por volver a jugarse la vida, es una sensación tan complicada de comprender para todos aquellos que nuncan hemos vestido los alamares que era oportuno explicarlo en esta entrevista, de ahí la necesidad de saberlo de primera mano por el protagonista de esta historia, Antonio Ferrera.
Antonio Girol.-
No hace ni diez minutos que el doctor Luis Carlos Franco García, cirujano de la Plaza de Toros de Badajoz, acaba de extraer, con unas pinzas, el drenaje que los cirujanos de Calahorra (La Rioja) habían colocado en el muslo de Antonio Ferrera el pasado sábado, tras la intervención quirúrgica a la que era sometido en la enfermería de la plaza riojana.
Con el dolor propio, que a la fuerza, le ha debido de provocar la extracción, sin ningún tipo de anestesia, de esa canula insertada en la carne, y la pertinenete cura posterior; nos atiende Antonio mientras tomamos una bebida isotónica en compañía de su amigo y subalterno Fernando González.
– Antonio, toca arrancar esta entrevista preguntándote, ¿qué tal te encuentras?
– Bien, dentro del poco tiempo que ha pasado y el efecto que me provocan los antibióticos que me estoy tomando, los cuales a mí siempre me afectan bastante. Y en cuanto a la herida, de la cual me iban a quitar el drenaje ayer y no han podido hacerlo hasta hoy, pues está más tensa de lo que esperábamos y queríamos que estuviese.
– La cornada te sobrevenía tras una gran faena a un toro de Ana Romero, el cual ya te había avisado con una voltereta momentos antes de entrar a matar.
– La verdad es que ese toro lo había toreado muy a gusto, quizás sea de los que mejor he cuajado esta temporada. Pero como ya había pinchado al anterior, e incluso a éste, pues me jugué el todo por el todo para dejarle una gran estocada, con la mala suerte que me dio la cornada.
– Ha sido en un sitio donde ya tienes muchas cicatrices de percances anteriores, ¿verdad? – Sí, esa zona está muy castigada y la piel ahí es más fina. Además, en la enfermería, cuando me operaban, tuvieron que quitarme piel para reconstruir la herida y eso hace que ahora la piel esté más sensible. |
– Los aficionados nos preguntamos, ¿de qué pasta especial estáis hecho los toreros que os operan, como en tu caso, y te montas en una furgoneta y te pones en camino desde Calahorra hasta Badajoz?
– Bueno, eso también hay que agradecérselo a los médicos, quienes me permitieron el traslado tras comentarles en la propia enfermería que yo en los hospitales no me encuentro ni a gusto ni bien, y por eso prefería venirme a casa y que aquí me curasen la herida. La verdad es que el viaje, en la furgoneta fue duro, con muchas molestias, pero en el campo yo me recupero mucho mejor, y en eso estamos.
– El próximo sábado tienes una cita en Mérida. ¿Tú te ves para estar ese día en la plaza? – No lo quiero ni pensar todavía, porque creía que a esta altura de semana iba a estar mucho más suelto. Pero voy a luchar por estar en Mérida porque es una ocasión especial, ya que este año aquí en nuestra tierra no me han visto todo lo que me hubiese gustado a mí y a la afición, y me hace mucha ilusión vestirme de torero el sábado. De ahí esa lucha que estoy llevando a cabo, con todas mis fuerzas y mi alma, para estar allí. Espero que en estos días que aún restan haya mejoría en la pierna, la piel ceda un poco y me permita acudir a la cita. |
«Voy a luchar por estar en Mérida porque es una ocasión especial, ya que este año aquí en nuestra tierra no me han visto todo lo que me hubiese gustado a mí y a la afición, y me hace mucha ilusión vestirme de torero el sábado. De ahí esa lucha que estoy llevando a cabo, con todas mis fuerzas y mi alma, para estar allí.« |
– Porque lo que tienes en este momento, para que nos entiendan los lectores, es como una tensión intensísima en la zona afectada por la cornada, ¿no?
– Sí, porque son dos cicatrices grandes sobre una piel muy castigada. Lo que hace que la tensión de la pierna sea el triple de lo que sería en una cornada en otro lugar del cuerpo. Pero quiero pensar en positivo, estar tranquilo, forzar un poco entre hoy y mañana a ver qué pasa.
– ¿Te has probado ya de salón?
– Que va, aún no he podido, porque con el drenaje me ha sido imposible.
«Que tú te sientas querido por los que verdaderamente sustentan la fiesta, que son los que pagan las entradas y se sacrifican económicamente por ir a una plaza de toros a verte, y que unos señores, los empresarios, sean quienes no les dejen ver a un torero que les interesa, pues no es de recibo y hay que decirlo tal como es por duro que resulte.«. |
– Da la impresión que este año entre unos y otros (toros y empresarios) no quisiesen que te viésemos en Extremadura. -Es verdad. Ha sido un año que me ha dolido mucho, de ahí esa especialidad que le otorgo a mi cita del sábado en Mérida. Que tú te sientas querido por los que verdaderamente sustentan la fiesta, que son los que pagan las entradas y se sacrifican económicamente por ir a una plaza de toros a verte, y que unos señores, los empresarios, sean quienes no les dejen ver a un torero que les interesa, pues no es de recibo y hay que decirlo tal como es por duro que resulte. |
– No te molestamos más porque acaban de retirarte el drenaje de la pierna y el dolor aún se puede apreciar en tu rostro, sólo nos queda agradecerte la deferencia que has tenido para Badajoz Taurina al concedernos esta entrevista
– Gracias a ti, Antonio, y permíteme que aproveche la ocasión para agradecer, en primer lugar, al Doctor Luis Carlos Franco su sensibilidad y sus atenciones. Y, también, al sinfín de aficionados que están interesándose por mi estado. Por ellos, por los que se sacrifican por ir a verme, estoy haciendo el tremendo esfuerzo de recuperarme en tiempo record para estar el sábado en la plaza de Mérida.
– Gracias torero. Y suerte para el sábado y el resto de tardes marcadas en tu calendario taurino.