El balance de las actuaciones de toreros pacenses que han realizado el paseíllo hoy, jueves 17 de junio, ha sido el siguiente:
CORRIDAS DE TOROS
- Algeciras: Se han lidiado toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y en tipo y de buen juego en conjunto. El 3º, de nombre ‘Lanudo’, número 74 de 496 kilos, nacido en julio de 2005, con mucha calidad y clase, fue indultado.El Juli, oreja y oreja. Sebastián Castella, dos orejas y gran ovación tras petición. Miguel Ángel Perera, dos orejas y rabo simbólicos y saludos. Dos tercios de plaza.
Según crónica de los compañeros de burladero.com sobre la actuación de Perera en la corrida de esta tarde en Algeciras: «El tercer toro, de nombre ‘Lanudo’, fue un ejemplar excepcional ya desde que salió por chiqueros. Embistió de dulce al capote de Perera, metiendo la cara con temple y gran humillación, empezando a desglosar su calidad. El extremeño intercambió gaoneras y delantales en el saludo. Tras cumplir en varas en una sola entrada, Perera brilló en un quite en el que conjugó saltilleras, revoleras y brionesa para rematar, muy aplaudido por lo variado. Tras brindar al público realizó una labor llena de virtudes al igual que la acometida del de Cuvillo. Le dio distancia, con el toro fijo siempre en el engaño, para torear en series largas, de mano muy baja y con mucha ligazón. Pese a que el toro se fue apagando en los últimos instantes por el largo metraje del trasteo, se pidió con fuerza el indulto, finalmente concedido. Después de enlotar el premio gordo de la corrida, Perera compensó con el sexto, el peor del encierro. Sin clase, rebrincado y deslucido, no tuvo opción.»
- Soria: Se han lidiado toros de Juan Manuel Criado y dos de Luis Algarra (3º y 5º), deslucidos en conjunto salvo el 1º. El Cid, dos orejas y silencio. José María Manzanares, saludos en ambos. Alejandro Talavante, oreja y silencio. Más de dos tercios de plaza.
Según crónica de los compañeros de burladero.com sobre la corrida de esta tarde en Soria: «Una oreja obtuvo Talavante del tercero, manejable pero de nula emoción, con el que estuvo aseado en una faena intermitente que nunca terminó de coger vuelo. Lo mismo le ocurrió en el sexto, que duró un suspiro«.
